La tensión entre Jorge Javier Vázquez y María Patiño es más que evidente. Los dos trabajan en la misma productora, La fábrica de la tele, que les ha puesto al frente de dos programas distintos: Sálvame y Socialité.
Ambos han mostrado sus roces en directo frente a media a España y ahora el catalán ha pronunciado unas palabras que muchos esperaban oír. Confiesa su envidia hacia ella.
Intensidad
Parece ser que es envidia de la buena, como se dice. Y es que el periodista no da crédito a la intensidad de su colega de profesión que “con los años ha ido a más, lo cual me parece algo digno de elogio”.
En este sentido reconoce: “Yo la envidio porque a veces tengo que hacer verdaderos esfuerzos para que no se me note un poquitito de tedio vital”.
Comportamiento
Ya entrado en los 50, JJ admite que “con el tiempo uno tiende a volverse más escéptico, más laxo, menos involucrado”, algo que no ve en María. “No solo la ha vuelto más descreída, sino que no concibe levantarse por las mañanas sin haberse comprometido previamente con el aire que respira”, exagera.
Es entonces cuando el de Badalona le lanza un nuevo dardo envenenado a la gallega: “Hay algo de infantil en el comportamiento de María, pero en plan bien. Conserva la curiosidad y las ganas de preguntarse continuamente el porqué de las cosas”.
Dardos y elogios
“Se pone como las cabras con las trampas que le ponen en Sálvame, se enfada, se muestra herida, airada, menospreciada cuando no se le deja hablar más de media hora seguida sin interrupción”, subraya el presentador.
Tras todas estas flechas, aplaude la capacidad de Patiño “de pasar del cabreo a la risa, porque los años le han enseñado que en el fondo nuestro trabajo tiene mucho de ridículo”. Finalmente admite que se divierte con ella, “que está en racha” y “no conviene perderle la pista”. “Se ha convertido en todo un referente de la televisión de entretenimiento”, concluye.