Emilio Aragón desapareció de las pantallas de televisión en 2005. Fue en los inicios de La Sexta, que él ayudó a levantar. Desde entonces no ha parado, pero siempre detrás de las cámaras. Hasta ahora.
El músico se vuelve a enfundar su chaqueta de presentador para mezclar dos de sus grandes pasiones, la música y la televisión. Lo hace con B.S.O., siglas de banda sonora original. Lejos de hacer un programa de cine, el espacio se centra en las canciones que agradan a los entrevistados que pasan por el plató que Movistar Plus le ha montado para su regreso.
Nueva aventura
Sin escatimar en producción, el showman charla con una serie de invitados --los Javis, Rapahel, Belén Rueda…-- y les pregunta por aquellas canciones que han marcado sus vidas. Él los acompaña en el piano y dirige toda una banda que pone música en vivo a esos momentos que se cargan de emoción.
No faltan las estrellas invitadas ni la aparición y presentación oficial de un alter ego de Aragón, Bebo San Juan, que con acento cubano repasa y ofrece canciones no siempre escuchadas por el gran público. En una entrevista con Crónica Directo, el expayaso de la tele confiesa por qué dijo sí a este proyecto, cómo ha sido ponerse al frente de un nuevo programa y cómo ve la televisión infantil.
--Pregunta: ¿Qué le animó a volver a la televisión después de tantos años?
--Respuesta: Honestamente, creo que mucho tuvo que ver la pandemia. Fernando Jerez me llamó durante el confinamiento y me lo planteó. Yo tenía un "no" tatuado en la frente porque hace años tomé la decisión de dar un paso atrás para acometer otros proyectos: dos películas que dirigí, la serie de televisión que hice para Antena 3, una cantata, un ballet que compuse, un libro de relatos... Pero el confinamiento nos ha hecho replantearnos una serie de cosas y reflexionar sobre lo que nos rodea. Compartí la propuesta con la familia y todos me animaron y me dejé caer.
--¿Cómo le ha afectado la pandemia?
--A todos nos ha hecho reflexionar sobre tantísimas cosas. La buena noticia es que las cosas van avanzando. El proceso de vacunación se va cumpliendo y va a cambiar el escenario para todos, esa es la mejor noticia que podíamos tener. Y pienso en los que nos dedicamos a la música en directo, el teatro, ver que hay luz al final del túnel y que podremos volver allí es una gran noticia.
--Decía que se apartó de la televisión para hacer sus proyectos. ¿Solo fue por eso o por un cierto desencanto con la televisión?
--No. Nada que ver. La llamada de Fernando fue para decir que les gustaría que hiciera alguna cosa, lo que quisiera. Y ante una oferta tan generosa… Sí es cierto que de vez en cuando pensaba 'qué pena que no haya programas de música en directo'. Además, de vez en cuando, jugábamos en casa a canciones asociadas a momentos vitales y eso me llevó a estructurar este programa. Todos tenemos, de alguna manera, canciones que están ligadas a momentos importantes de nuestra vida.
--En su casa la música estuvo siempre presente. ¿Tiene algún recuerdo de su primer contacto con la música?
--Desde que tengo uso de razón. Mi padre jugaba con nosotros cuando íbamos en el coche con la música y nos decía a los hermanos: "Tú haces la primera voz, tú la segunda y tú la tercera". Desde pequeños, en casa jugamos con la música y para mí ha sido algo muy natural. Mi padre hacía mucha música, era la manera de terminar una reunión, una fiesta, un cumpleaños… Yo siempre me he considerado músico, que es mi formación, y luego la vida me ha abierto otras puertas.
--¿Por qué ocultó a Bebo San Juan durante tanto tiempo?
--Empezó siendo una cosa muy casera y familiar y, de repente, con la salida del programa salió la idea. Más allá de hablar de la banda sonora del pasado y presente del invitado, ¿por qué no la banda sonora del futuro? E incorporé a Bebo como un regalo. Eso nos llevó a cantar con Raphael, Belén Rueda.
--¿Fue muy emotivo ese reencuentro con Belén?
--Muy, muy emotivo. Vivimos momentos muy emocionantes que a lo mejor el público no verá porque grabamos horas. Con Belén delante de las cámaras no coincido desde el año 1995. Nos hemos visto mucho, pero no trabajando juntos desde entonces.
--¿Puede salir un nuevo disco de este programa?
--En principio no lo pensamos, pero nunca se sabe.
--¿Cómo es ese Emilio Aragón director de orquesta y del programa, el que no se ve?
--Lo importante aquí es dejar el espacio al otro para que se pueda expresar. No abrumar al otro con muchísimas claves, ni muchos códigos. Si tú tienes claro qué vas a hacer, el objetivo y dónde quieres ir, al buen profesional con que le des unas claves le basta. Tú solo tienes que dar las órdenes justas y precisas para que el barco navegue y que la vela porte bien.
--¿Cómo ve la televisión ahora? ¿Ha encontrado muchos cambios?
--No. La única diferencia en este programa es que hemos grabado con cámaras de cine y a la fotografía le hemos dado un toque más cinematográfico. Para mí ha sido montar en bicicleta, no se olvida.
--¿Cuántos programas va a haber?
--Yo solo he dicho a sí a ocho. Luego ya veremos.
--Ha dicho que le gustaría hacer más cosas. ¿Qué más le gustaría hacer?
--Estaba con un proyecto de televisión y una película, también con un proyecto infantil de animación y un crossover de música clásica con pop, pero eso lo tengo aparcado. He dedicado estos meses al programa y cuando termine de montar y editar los ocho capítulos me arremango y pongo con los demás. Pero ya de cara a las Navidades, algo infantil, que mis nietos también me piden que haga cosas para ellos. No me voy a aburrir, eso te lo aseguro.
--Usted que se dio a conocer con los payasos de la tele, ¿cómo ve la televisión infantil?, ¿cree que hay menos?
--Creo que es una sensación. Hay mucha animación y quizá no hay tantos personajes de carne y hueso y sería interesante alimentar más esa parte, que el niño se identifique con una persona de carne y hueso que le hable a él. Pero animación hay y muy buena.