El periodista Jordi Évole consiguió que Miguel Bosé concediera una entrevista a un medio español después de más de seis años de silencio. Ambos protagonistas, amigos desde hace años, se reencontraron en un hotel de Ciudad de México, localidad en la que reside el cantante junto a sus dos hijos.
Envuelto recientemente en muchas polémicas, especialmente las vinculadas al negacionismo del coronavirus, el artista rompió su silencio para hablar sin tapujos de su vida más íntima y personal. Sin eludir a ninguna pregunta, Miguel Bosé contó desde su etapa más oscura a los traumas de infancia que le provocó su propio padre: "Me forzó a cazar una cierva".
"No encajábamos porque éramos iguales"
El programa Lo de Évole ha divido la entrevista en dos partes debido a la gran cantidad de temas que Miguel Bosé y Jordi Évole tocaron en profundidad. Uno de ellos fue la relación entre el artista y su padre, el torero Luis Miguel Dominguín, que siempre ha estado envuelta en rumores negativos.
El cantante, a punto de celebrar los 65 años, confesó que ya hace tiempo que ve a su padre cuando se mira en el espejo. Pero es algo que le gusta, porque lo quería mucho y lo echa "mucho de menos". En este sentido, Miguel Bosé admite que el torero y él no encajaban, pero que era "porque éramos iguales. Mi padre me quería muchísimo". Sin embargo, eso no lo libró de causarle un trauma a su hijo.
El trauma de su infancia que aún le duele
"Mi padre era cazador, muy cazador. Un día me llevó de caza, y me forzó a cazar una cierva. La disparé, y la maté", contó el cantante, detallando que para llevarte el trofeo a casa debes descuartizar primero al animal, vaciarlo, limpiarlo... un ritual que le causó un trauma que aún le duele recordar.
"En el momento de cortar, salió un bambi. Le faltaban días para nacer. Reaccioné mal. Me fui a por él a darle puñetazos, le llamé 'hijo de puta' y me largué andando. 'Eres un cobarde, un débil', chillaba mi padre desde el coche. Pero esa noche se acercó a mi habitación para pedirme perdón, lo que no pudo hacerlo por su carácter, no iba con él. Le dije entonces 'no vuelvo a cazar en mi vida', y me dijo 'vale'", confesó Miguel Bosé, visiblemente emocionado.