Durante la segunda entrega del documental Rocío, contar la verdad para seguir viva, Rocío Carrasco ha relatado el momento en el que comunicó a sus padres su embarazo. Aunque no la obligaron a casarse cuando se enteraron, les abrieron el camino.
El día de su boda ella ya estaba embarazada de tres meses de Rocío Flores, su primera hija. Por la boda, Rociíto y Antonio David cobraron una exclusiva con la revista Hola de unos treinta millones de pesetas.
Boda y luna de miel
Ese reportaje estuvo gestionado por su tío Amador Mohedano, quien se llevó una parte del dinero por hacer de intermediario. Esto no sentó bien del todo a la hija de Rocío Carrasco. Sin embargo, él les había organizado la luna de miel y no se lo tuvo en cuenta.
Antonio David y Rocío se fueron a las Maldivas. Mientras ella estaba en su habitación, recibió una llamada telefónica de una persona que le hablaba en inglés y que ella reconoció como un fotógrafo amigo de la familia.
Representante
Aunque nadie la creyó, unos días después se publicaron fotos del viaje. Solo su tío y uno de los jefes de la revista sabían el destino de la luna de miel y, entonces, confirmó que los había vendido a la publicación.
Según ha explicado Rocío, tuvo una conversación con su tío que “no termina muy bien”. “Él quería ser mi representante, no solo por la exclusiva de la boda, yo eso no lo quiero, sigue siendo mi tío, pero no voy a trabajar con él”, ha asegurado.