El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, es un conocido negacionista del Covid-19. O era, porque él mismo padeció la enfermedad. Pero si antes negaba la pandemia, ahora se suma a la teoría conspirativa sobre los posibles efectos secundarios de la vacuna.
En un acto público en la localidad brasilera de Porto Seguro, el mandatario ha hecho pública su desconfianza sobre el tratamiento de Pfizer, que ya se administra en Estados Unidos y Reino Unido --está previsto que en España empiecen el 27 de diciembre-- y ha lanzado duras acusaciones sobre el laboratorio.
De hombre a cocodrilo
“El contrato de Pfizer es muy claro: ‘no somos responsables de cualquier efecto secundario’”, asevera el líder brasileño ante su audiencia. Unos efectos secundarios que, tal y como revelan fuentes de Sanidad, son los mismos de cualquier otro medicamento o vacuna.
Bolsonaro no lo tiene tan claro. Incluso desconfía de que uno puede convertirse en animal tras recibirla. “Si te conviertes en un mono o en un cocodrilo es tu problema”, sostiene.
Él, no se vacuna
Con esta alocada defensa propia de los antivacunas, deja claro que él no se la va a poner. ¿La razón? Según él, al haberse contagiado ya tiene anticuerpos y es inmune. Unas conclusiones que son refutadas por la realidad de que ya se han sucedido diversos casos de reinfección.
Las declaraciones ya se han hecho virales. Esta no es la primera vez que el presidente de Brasil genera polémica, a comienzos de noviembre, animaba a la población a enfrentar el Covid “a pecho descubierto” para “dejar de ser un país de mariquitas”.