El confinamiento está pasando factura a todos y en especial a la cantante de Sant Esteve Sesrovires, Rosalía Vila. Y es que la artista, debido al encierro casero por el coronavirus, ha vuelto a los malos hábitos alimenticios.
Así lo ha desvelado ella, para desilusión de sus seguidores quienes se pensaban que la de Malamente, tal y como dijo en su día, estaba siguiendo una estricta dieta para mejorar su alimentación. ¿Cómo te quedas?
Rosalía se lo vuelve a comer todo
Si hace unos días Rosalía conectó vía Skype con el programa de Pablo Motos, El Hormiguero, ahora ha hecho lo mismo con el espacio del catalán Jordi Évole, Lo de Évole. Una entrevista que la cantante hizo a distancia, puesto que está confinada en Miami en casa de su representante, ya que cuando se desató la alarma por el coronavirus se encontraba al otro lado del charco y no estuvo a tiempo de montarse a un avión y regresar junto a su familia.
Un confinamiento que a la de Dolerme se le está haciendo duro y cuesta arriba. Sin embargo, para matar las horas muertas, ha confesado, se ha pasado al mundo de la cocina. Un mundo que antes no se le daba demasiado bien porque "cocinaba fatal", pero en el que ahora se siente cada vez mejor. Tanto es así que cada vez que hace videollamadas con sus amigos, les enseña todo lo que ha cocinado e incluso hacen muffins. O lo que es lo mismo, magdalenas. Unos dulces que destacan por el alto contenido en mantequilla, que Rosalía, por el hecho de estar aislada de los suyos, saborea sola en compañía de su representante. ¿Retomará la dieta cuando termine la cuarentena?
La dieta de Rosalía Vila
Fue a mediados del pasado mes de febrero, a su paso por los Estados Unidos, cuando Rosalía tomó la drástica decisión de ponerse a dieta y empezar a cuidar su cuerpo serrano. Así lo comunicó ella misma, a través de sus historias de Instagram. "Trying to redeam myself por el candy que comí pa desayunar".
Un mensaje que acompañó junto a un vídeo en el que aparecía, con cara de pena, sentada en el asiento trasero de un coche, mientras se ponía en la boca una ensalada compuesta por pepinos varios y otras verduritas. Todo aliñado con una extraña salsa. Un hábito de comida saludable con el que al parecer quería preparar su cuerpo para el verano pero que, en vistas de la crisis del coronavirus, ha abandonado y ha vuelto al mundo de los dulces. ¿Se verá obligada a renovar todo su armario?