La colaboradora de televisión Carmen Borrego, una vez más, ha mentido. Y, lo peor de todo, es que lo ha hecho por dinero, para llenarse bien el bolsillo.
Un dinero que, por cierto, y a diferencia de lo que ha contado recientemente, se gasta en ponerse hasta arriba de comida y bebida. Y eso que ha dicho que ella, sigue una dieta equilibrada, que combina con ejercicios, y que la ha ayudado a perder peso.
Carmen Borrego se pone fina a base de atracones
El pasado miércoles, la colaboradora de Viva la vida, sorprendió a todos animándose a posar en bañador en la portada de la revista Lecturas, y hablando de lo muy contenta que está de haber perdido peso y de lo más contenta que está de que su hermana, Terelu, esté igual de ancha de huesos que ella.
Un peso, por cierto, del que Carmen dijo que había perdido 10 kilos pero que, últimamente había ganado 2. Vamos que la cosa se queda en que Borrego ha perdido 8 kilos pero, al ritmo que va, rápidamente los vuelve a recuperar. Y es que la hija de María Teresa Campos es una adicta al comer y beber. Tanto es así que, recientemente, ha compartido en su cuenta de Instagram una fotografía, al lado de su marido, en la que sale de lo más contenta, y como hacía tiempo no la veíamos, con una copa de vino blanco en la mano. Algo que, seguro, seguro, le han recomendado los médicos que haga para perder peso, ¿no?
Hay más fotos de Carmen comiendo y bebiendo
Esta no es la única estampa que delata a Carmen Borrego y desvela que, todo lo que ha contado de su dieta, es completamente falso. De hecho, hace solo cinco días compartió, otra foto suya, en la que sale en una terraza bebiéndose un combinado de alcohol. Una bebida por cierto, muy calórica y que los médicos recomiendan quitar de inmediato de las dietas, si lo que se quiere es perder peso. Algo de lo que Carmen, y a juzgar por las imágenes, parece no estar mucho por la labor.
Pero hay más. Y es que en lo que va de año, la televisiva ha compartido hasta diez fotos, de ella sentada en la mesa de los restaurantes, a punto de comerse y beberse lo más grande, o posando con conocidísimos chefs españoles, a los que ha visitado en sus respectivos restaurantes y se ha dejado el pastizal en lo que mejor sabe hacer: comer y beber. Para que luego diga que sigue una dieta y ha perdido ocho kilos. ¿Cuál será su próxima gran mentira?