La familia real dice adiós a su barco de ensueño

Tras la marcha del emérito a los Emiratos Árabes, la familia real ha decido hacer limpieza. O eso parece señalar la venta de la que ha sido una de sus embarcaciones de recreo predilectas: el yate Somni. Con esta acción, la Casa del Rey renuncia a la posesión de cualquier barco. ¿Será que a Letizia ya no le gusta sentir la brisa del mediterráneo en la cara?

La lancha, que fue botada en 2004, es un modelo Pershing 54. Un yate que, junto al Fortuna, ha acompañado a la familia real durante sus tradicionales vacaciones en la isla de Mallorca.

Adiós al ‘Fortuna’

Son muchas las instantáneas tomadas a bordo de cualquiera de las dos embarcaciones, pese a que, en 2013, Juan Carlos y Sofía se despidieron del que había sido su buque insignia, el Fortuna. Un yate de más de 40 metros de eslora con el que, desde el 2000, la familia real había surcado las aguas del Mediterráneo. Con tan solo 13 años de antigüedad, el fastuoso barco lo adquirió el presidente de la naviera Balearia, aunque, en 2018, salió a la venta por cinco millones de euros.

En su origen, la construcción de la embarcación fue plenamente sufragada por los propietarios de las grandes cadenas hoteleras baleares a cambio de un tratado por el que la familia del Rey se comprometía a pasar los veranos en la isla.

Se deshacen de su última posesión náutica

Otro regalo fue la lancha de 17 metros de eslora que ahora sale a la venta por 295.000 euros. El Somni, sueño en castellano, fue fruto de un acuerdo de cesión firmado en 2004 por el Rey y el propietario de la embarcación: uno de los mejores amigos de Juan Carlos, el empresario catalán Josep Cusí.

Mediante la firma de este contrato, el catalán cedió de por vida al entonces Rey --ahora emérito--, y de forma gratuita, el uso de la embarcación para que tanto él como su familia disfrutaran alrededor de la mayor de las baleares.

Los robados más esperados a bordo de 'Somni'

A bordo del Somni hemos podido ver al rey Felipe VI, junto a su madre, salir a navegar en búsqueda quizás de alguna cala de lo más privada y de imposible acceso para los paparazzi. Aunque, sin duda alguna, este barco ha regalado las imágenes más buscadas de cada verano. Dos ocasiones en las que  la reina Letizia ha sido fotografiada en bikini. Un par de robados conseguidos por los fotógrafos que seguían a la consorte, cuando todavía era princesa y se la podía ver en traje de baño, acompañada de sus hijas y sus cuñados la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín. Algo inimaginable hoy.

Todavía se desconoce quién será el futuro propietario de esta embarcación. Lo que sí que se sabe, es que el yate fue visto por última vez en Mallorca a finales de julio y que hoy se encuentra en un puerto muy cercano a Barcelona. Ciudad en la que además habría perdido el nombre.