Hoteles con encanto en Cataluña (y pocas habitaciones)

Cataluña es una de las regiones con más y mejor oferta turística de España, lo que significa que cuenta con todo tipo de alojamientos para responder a una demanda que en estos momentos se ha visto diezmada por culpa del coronavirus. Quizás por el miedo a acudir a espacios donde hay mucha gente, los hoteles con encanto que tienen pocas habitaciones son una de las opciones más elegidas por quienes tienen ganas de pasar unos días de esparcimiento.

Como es de suponer, en Cataluña es posible encontrar decenas de lugares encantadores donde disfrutar tanto de bellos parajes como de una exquisita gastronomía, de modo que los siguientes hoteles solo son un ejemplo de lo que el viajero puede encontrar en cualquiera de las cuatro provincias.

Hoteles con encanto en La Garrotxa

Hotel Can Garay. Situado en el pirineo gerundense, concretamente en Les Planes d'Hostoles (La Garrotxa), este establecimiento destaca a primera vista por ocupar un edificio modernista construido en 1906 y que además está catalogado de interés patrimonial. Además de su indudable belleza, destaca por contar solo con una suite familiar y seis habitaciones dobles, las cuales dan a un jardín que ocupa unos 4.000 metros cuadrados. Todo ello hacen de él uno de los hoteles con encanto más atractivos de Cataluña.

Finca El Ventós. También situado en el Parque Natural de La Garrotxa se halla este hotel que ocupa el espacio de una finca rehabilitada en el año 2005. La calma y el silencio que ofrece este alojamiento no resulta extraño si se tiene en cuenta que se llega a él por una pista asfaltada rodeada de prados y bosques. En cuanto al número de habitaciones que tiene este hotel situado en Sant Feliu de Pallerols, son solo diez.

Recorriendo el Alt Empordà

Hotel-Boutique Mas Falgarona. En la localidad de Avinyonet de Puigventós, situada en el Alt Empordà, es posible alojarse en esta masía que data del siglo XV. Emplazado justo donde la llanura se encuentra con las montañas, este hotel dispone de trece habitaciones que aseguran una gran tranquilidad a los huéspedes, quienes podrán disfrutar también de la cocina mediterránea más tradicional que se sirve en el restaurante.

Hotel Boutique Can Clotas. Ocupando el espacio de una antigua masía del siglo XIV situada en Cistella (Alt Empordà), este alojamiento ofrece a sus huéspedes un lugar con sumo encanto. Dispone de trece habitaciones y amplios espacios por los que pasear y alejarse del mundanal ruido. No en vano alberga 1.000 metros cuadrados de jardines y 70 hectáreas de cultivos y bosques.

Descansando en el Baix Empordà

Hotel La Bionda. Para quienes prefieren el encanto de los hoteles urbanos frente a los que se encuentran en pleno campo, este alojamiento responderá a sus expectativas. Situado en la localidad de Begur (Baix Empordà), ofrece ocho habitaciones en un edificio que data del siglo XVII, el cual ha sido restaurado manteniendo la arquitectura original. Destaca la terraza que hay en su azotea, donde el huésped puede disfrutar de un solarium con sofás.

Hotel Can Casi / CANCASI.COM

Hotel Can Casi. Esta masía de principios del siglo XVIII emplazada en Regencós ha sido catalogada como hotel ecológico, ya que es respetuoso con el medio ambiente y cuida el consumo energético. Dispone de ocho habitaciones y todo tipo de servicios para sus clientes, que además pueden disfrutar de una piscina de agua salada y un spa nórdico.

El encanto de la gastronomía

Es Portal Hotel Gastronòmic. Concebido como hotel solo para adultos con el objetivo de conservar aún más la calma en los espacios comunes, este alojamiento está situado en una masía construida en el siglo XVI en Pals (Baix Empordá). La belleza del edificio es un perfecto escenario para que los huéspedes de las ocho habitaciones dobles (más una suite) degusten lo mejor de la cocina ampurdanesa que se sirve en su Restaurante Portal del Mar.

Hotel Gastronómico Mas Mariassa. Por el estómago también gana a sus huéspedes este pequeño hotel situado en Pratdip (Baix Camp - Costa Daurada), ya que cuenta con una oferta culinaria muy destacada. A eso hay que sumarle la tranquilidad de sus siete habitaciones y su ubicación en plena naturaleza. Asimismo, a pesar de que el turista actual busca evitar el contacto, las zonas comunes de este alojamiento resultan sumamente acogedoras.