Conociendo Vic, ‘la ciudad de los santos’

Desde BCN+ recuerdan que en 1931 Miquel Llor escribió Laura a la ciutat dels sants, una exitosa novela ambientada en Vic, aunque la ciudad fue rebautizada como Comarquinal. Y se preguntan si en todo este tiempo el municipio situado en la comarca de Osona ha cambiado mucho. “La niebla sigue presente muchos días y se mantienen los lugares emblemáticos como la Plaza Mayor, la catedral o las calles del centro”, apuntan, antes de recomendar una visita a Vic, “una ciudad con mucha historia y patrimonio que sin duda hay que conocer”.

La ruta para descubrir sus rincones se inicia en la Catedral de San Pedro Apóstol, un lugar importante a nivel histórico y artístico. En el exterior se puede ver la esbelta torre del campanario, que conserva la austera belleza del románico. Del interior cabe destacar la fascinante cripta románica, la capilla barroca de San Bernardo, el claustro y el retablo mayor góticos, así como las enormes pinturas en los muros obra de Josep Maria Sert.

Arte religioso

Los visitantes tampoco deberían perderse el Museo Episcopal, con una colección artística religiosa de primer orden. El centro tiene su origen en el año 1891, pero el edificio actual es apenas de inicios del siglo XXI, diseñado con cuidado a la medida de las obras de cada colección. El Retablo de la Epifanía de Jaume Huguet, la Virgen de Boixadors, el Descendimiento de Erill la Vall o un frontal de altar de la época de los reinos de taifas son sólo cuatro de las obras capitales entre las 20.000 que alberga.

Plaza Mayor de Vic / NOSTRIX - WIKIMEDIA COMMONS

Plaza Mayor de Vic / NOSTRIX - WIKIMEDIA COMMONS

“Ahora bien, una de las cosas que hay que hacer en Vic es dejarse caer por las calles del casco antiguo”, recomiendan desde BCN+, que las definen como un entramado con construcciones de diferentes épocas, plazas chicas y algún edificio que sorprendente “como el templo romano, datado del siglo II cuando Vic se llamaba Ausa”.

Una Plaza Mayor llena de vida

Los pasos de los turistas acabarán llevándoles a la Plaza Mayor, considerada como una de las maravillas de Cataluña por mucha gente. Su inmensa explanada central se llena los martes y los sábados, desde tiempos inmemoriales, con los puestos del mercado y también a lo largo del año con muchos otros eventos: Mercado del Ramo, Mercado Medieval, Mercado de Música Viva… Alrededor, los porches son la antesala de una extensa oferta de bares y restaurantes, y la base de edificios barrocos, renacentistas y modernistas (casas Tolosa, Moixó, Comella o Beuló), confiriendo al conjunto una gran elegancia.

Por último, no se debe dejar pasar la ocasión de ver el Puente de Queralt sobre el río Meder, de adentrarse en el Museo del Arte de la Piel o de disfrutar de algún espectáculo en el moderno espacio L'Atlàntida, Centre d'Arts Escèniques d'Osona.