
El pueblo de la Costa Brava que conquistó a Hollywood, Begur CANVA
No es Tossa: el pueblo de la Costa Brava que conquistó a Hollywood e irritó a la censura franquista
Los censores tildaron "la localización española, y más concretamente, catalana" de "inadmisible"
Más información: Fortaleza medieval, hotel y asador: una escapada ideal a una masía de siglo XII a una hora de Barcelona
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Tossa de Mar tiene siempre el aroma de Ava Gardner. Una estatua de bronce con la figura de la actriz observa desde la colina que sube a la muralla del pueblo y hace sonar la tramuntana antes de llegar a las calles del municipio.
Conocida es la película que se rodó en este rincón de la Costa Brava, Pandora y el holandés errante. La actriz se desplazó a Cataluña para rodar la cinta y hasta allí se desplazó Frank Sinatra, temeroso de la vida nocturna de su entonces pareja. Pero Tossa no es el único municipio del litoral de Girona que atrajo a Hollywood.
Qué película se va a rodar
Begur es otro de los escenarios catalanes que enamoraron a Hollywood. Además atrajeron el rodaje de una película nominada a dos Oscar y que se llevó un Globo de Oro a la mejor actriz.
La protagonista no era otra que Elizabeth Taylor que, junto a Montgomery Clift y Joseph Mankiewicz, se acercó a este pueblo de la Costa Brava para rodar el final de De repente, el último verano. Esta adaptación de la obra de Tennessee Williams, convirtió las playas catalanas en una del Caribe donde los protagonistas viven una situación que los marca de por vida.

Escena de 'De repente, el último verano' rodada en Begur
El atractivo de Begur
¿Tan paradisiaco es Begur? Sólo hace falta ver sus playas para darse cuenta de que su atractivo es indiscutible. Pero sus cualidades no se acaban ahí. El empedrado de algunas calles de esta localidad de tan sólo 4.000 habitantes le dan un aire medieval que enamora.
A esto, se le añaden algunas de sus casas indianas, aquellas que algunos excolonos españoles se hicieron construir cuando volvieron de las Américas. Quedan un total de 15 repartidas por el pueblo.
Begur y las Américas
Tal vez sea el municipio catalán donde se registran más casas de este estilo. Entre sus calles estrechas y sus plazas tranquilas se erigen estos tesoros arquitectónicos que evocan los lazos entre España y América.
Un paseo por los callejones adoquinados lleva, por ejemplo, a Can Sora. Construida en 1870 por la familia Cama Martí, esta casa de dos plantas y dos fachadas se alza como un monumento a la opulencia y el buen gusto. Su entrada, adornada con las iniciales "J.C." en la reja, revela la historia de una familia enriquecida en La Habana, mientras que los frescos restaurados en las paredes del patio exterior evocan paisajes románticos que evocan las Américas.
Arquitectura indiana
Pero Can Sora es solo el principio de un viaje fascinante a través del tiempo y el espacio. A lo largo de las calles de Begur, se suceden otras joyas arquitectónicas que narran historias de emigración, aventura y éxito. La Casa Bonaventura Caner Bataller, construida en 1866 por un begurense que emigró a Cuba y regresó para invertir su fortuna en la industria del corcho, exhibe una composición clásica y detalles ornamentales inspirados en la naturaleza.
A pocos pasos de distancia, Can Pi nos transporta al pasado con su huerto en la parte sur, un recordatorio tangible de las raíces agrícolas de los pioneros que cruzaron el Atlántico en busca de nuevas oportunidades. Mientras tanto, Mas Carreras, una majestuosa masía construida en el siglo XIX por un comerciante de Begur que emigró a Santiago de Cuba, nos sumerge en la grandeza del estilo colonial indiano.

La Casa Bonaventura Caner Bataller
Pero la influencia cubana en Begur no se limita a las mansiones señoriales; también se refleja en detalles más sutiles pero igualmente fascinantes. La Casa Térmens, propiedad de un comerciante de tejidos que abastecía al ejército español en Cuba, presenta una mezcla única de sencillez y elegancia, mientras que la Casa Vicenç Ferrer Bataller, enriquecida con galerías y pinturas murales, nos invita a explorar los rincones más íntimos de la vida indiana.
A medida que recorremos las calles empedradas de Begur, nos encontramos con la Casa Pere Roger, con su fachada posterior adornada con una doble galería mirando al jardín y pinturas al fresco que evocan paisajes marinos. Y no podemos dejar de mencionar la Casa Ramón Silvestre Darder, construida en 1887 por un emigrante que dejó su huella en cada detalle, desde las iniciales de su nombre hasta los frescos que adornan puertas y balcones.
El atractivo para Hollywood
Con todo esto no es de extrañar que Mankiewicz y los productores de Hollywood vieran allí un spot perfecto para grabar la escena de la película que sucede en el Caribe. No solo tenían las playas de aguas transparentes, también la arquitectura perfecta para que lo pareciera.
Claro que, igual, los productores no pensaron que este film que grabaron allí, no pudiera ser estrenado en España. La película se grabó y estrenó en 1959, la dictadura franquista estaba en su máximo apogeo. Tanto es así que prohibieron la exhibición de la cinta con acusaciones de canibalismo.
La furia franquista
Las palabras del censor de turno hablan por sí solas: “Película, toda ella, de tipos anormales, que se desarrolla en un clima morboso hasta en los más mínimos detalles –la decoración– y que nos presenta unos personajes dominados, en virtud de esta anormalidad, del homosexualismo, el complejo de Edipo, etc.”.
Las palabras de desprecio y la incapacidad de entender un drama real, pero ficcionado, que sentían entonces las personas LGTBIQ+ no se quedaron ahí. En cualquier caso, en 1959 se dictaminó que, si bien De repente, el último verano se pudo grabar en Begur, era “irrepresentable para representaciones comerciales, sin posibilidad de arreglo”.
Las acusaciones fueron a más cuando en 1969 un segundo censor afirmó: “Lo que es totalmente inadmisible es la localización española, y más concretamente, catalana, de la parte final de este filme”, prosigue su aclaración.
El funcionario franquista consideró que “el autor desarrolla la secuencia de canibalismo por parte de unos pilletes, de una chiquillería depauperada y miserable”. Por eso, “como es natural”, llegó a afirmar que “es intolerable”.
Qué más ver en Begur
La película no se pudo estrenar en España hasta 1979. Fue entonces cuando los españoles vieron que esas acusaciones no eran para tanto y, sobre todo, que De repente, el último verano es un film tan bueno, como bonito es el pueblo de Begur.
De hecho, los fans de la cinta o de estas historias, pueden seguir el paseo propuesto por esta ciudad y descubrir otros alicientes. Uno de ellos es la iglesia de Sant Pere y Santa Reparada. Datado del siglo XII, pero ampliada en el siglo XVII, el templo mezcla estilo tardo gótico con elementos renacentistas.
Playas únicas
Pero Hablar de Begur es hablar también de sus playas. Si uno apuesta por ir por el camí de ronda dirección sur va a dar con playas como la ya citada Sa Tuna o Aiguafreda y, entremedias de cada una de ellas, la rocosa pero igualmente cristalina Cala Ses Vasques.
Y ya, algo más alejada, está la de S’eixugador, presidida por un hermoso mirador y orientada al norte. Tal vez hay menos, y de más difícil acceso, pero acercarse a Sa Riera merece mucho la pena. Y ya, casi llegando a Pals, está una de las calas naturistas más bellas del territorio, la playa de l’Illa Roja.

Mirador de Carmen Amaya GOOGLE
Más allá del mar
Y que no se preocupen los que son más de montaña, este pueblo gerundense cuenta con excursiones en las que uno se puede adentrar montaña adentro hasta llegar al castillo de Begur. Este icónico lugar, está emplazado al filo de un precipicio. Por el camino se pueden contemplar algunas de las paredes de la torre. La única que se mantiene en pie, pero desde la que se puede ver el Empordà y les Illes Medes.
Y quien quiera más aventura, puede ir de punta a punta para seguir teniendo vistas de la zona. Si cerca del castillo está el mirador de San Ramón, en el otro extremo y ocho minutos andando de allí está el de Carmen Amaya. Este punto es icónico por el homenaje a la bailaora de flamenco catalana más famosa e hija ilustre de Begur. Allí fue donde dio su último baile en 1963,n el objetivo de recaudar dinero para financiar la iluminación del castillo de su pueblo.
Dónde comer
Como ir de una punta a otra de Begur puede ser extenuante, nada mejor que parar un momento a comer algo. Y sí, el lugar también cuenta con lugares increíbles donde disfrutar de los típicos platos de costa.
Destacan por encima del resto Can Pere y el restaurante Turandot. El primero cuenta con un menú de 18 euros; el segundo, ascienda a 28. Ahora, sus platos valen la pena. Aunque si se busca un lugar con buena comida y vistas increíbles, el lugar es Es Furio de Fito.
Cómo llegar
Begur se encuentra a tan sólo una hora de Girona. El trayecto empieza por la C-66 en dirección a La Bisbal d’Empordà y, una vez allí, solo se ha de seguir por la C-31 hasta el desvío hacia la GI-653, que lleva directamente a Begur.
Desde Barcelona, el viaje dura más, alrededor de una hora y 45 minutos. Se debe tomar la AP-7 en dirección Girona/Francia y salir en Vidreres para continuar por la C-35 y luego la C-31 hasta Palafrugell. Desde allí, se sigue por la GI-653 hasta Begur.