Ir a la playa es, sin duda, uno de los planes favoritos de los catalanes durante el verano. Ahora bien, para los especialistas en este deporte de riesgo (no son pocos los que se queman y deshidratan al sol, mal les pese a las precavidas abuelas), no cualquier playa vale.

En Crónica Directo, queremos ayudarte a encontrar tu oasis de paz y desconexión, y por eso hemos buceado a lo largo de las costas catalanes para encontrar pequeños rincones paradisíacos como este.

Cala Pedrosa GOOGLE

Su nombre ya pone en antecedentes. Cala Pedrosa no engaña a nadie, es pedregosa, llena de piedra. Y el camino para llegar es casi igual. Claro que el lugar vale mucho la pena.

Para empezar, cabe advertir de qué Cala Pedrosa hablamos, porque en la Costa Brava hay dos, la de Palafrugell, mucho más accesible, y la de L’Estartit, que está dentro del término municipal, pero dentro del Parque Natural del Montgrí.

Dónde se encuentra Cala Pedregosa

Acceder al parque es fácil. Se puede llegar en coche hasta sus puertas e iniciar un camino mitad pavimentado, mitad de tierra, hacia el impresionante destino. La mejor opción, aunque también es más larga, de unos tres kilómetros y 45 minutos, es a pie. Y en descenso.

Antes de la llegada a la playa, el visitante se topa con la cascada del Salt de l’Euga, convertida en un mirador excepcional sobre el L'Estartit. Una vez arranca el camino de piedras, a 700 metros uno se desvía hacia la cala.

Una de las playas más bonitas de la Costa Brava

En un camino de bajada, aparece una cueva, la Cova de l’Avi Company, se atraviesa un bosque de pinos y, finalmente, el horizonte se abre y aparece la Cala Pedrosa.

La playa es idílica, casi virgen. No hay arena, solo rocas blancas y planas, perfectas para tomar el sol con una toalla (para evitar quemarse), pero también de unas aguas cristalinas increíbles.

Qué hacer en Cala Pedrosa

La transparencia del mar en ese lugar lo hace idóneo para el snorkel y el submarinismo. Y, si uno quiere disfrutar de un poquito de sombra, resguardarse en algunos de los pinos cercanos.

Y si tras refrescarse uno quiere más aventura y explorar la zona se va a sentir reconfortado, si sigue el camino de ronda puede ver otros hermosos rincones como la Cala Ferriol. Y de allí, acercarse a la playa de la Roca Foradada o subir al acantilado de Salt del Pastor para disfrutar de grandes vistas.

A un tiro de piedra de l'Estartit y las Illes Medes

Estartit EFE

El pueblo de la Costa Brava más cercano es l'Estartit. Se trata  de un lugar que obtiene el 60% de sus ingresos gracias al turismo. Aún así, es más tranquilo que otros lugares arecidos como Pals o Cadaqués. Eso tiene sus ventajas. Ir a la Costa Brava pero no escogiendo a la opción más popular sino a una de la que puedas disfrutar con tiempo.

A pesar de estar ocupado con anterioridad, l'Estartit nace como un pueblo a partir del siglo xviii, cuando ya la piratería había menguado. Se trata de una pequeña población de pescadores que aprovechan unos caladeros de pesca excepcionales.

En 1716 se tiene noticia de cinco pescadores instalados en el pueblo y a mediados de siglo ya había una veintena de casas. Su desarrollo ha ido muy ligado a la actividad marítima y hasta mediados del siglo xx su puerto ha permitido la salida por mar de los productos del municipio como el maíz, arroz, vino y aguardiente, con destino a grandes mercados como el de Barcelona.

La calle de Santa Ana y la de Las Islas son las más antiguas de esta población y actualmente constituyen el eje principal de la localidad.

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