Parece una casa de pescadores común. El blanco de sus paredes resalta los marcos azules de sus puertas y ventanas. Las sillas plegables de tela azul reflejan la comunión con el mar, que está a menos de 25 metros. Una invitación a sentarse y ver qué se cuece.
Eso es lo que uno piensa cuando anda por el paseo de Calella de Palafrugell (Girona) y se encuentra con La Blava. Un nombre muy acorde a su decoración y ubicación. Y también a sus platos.
Una receta especial
Los productos marineros son los platos estrella de la casa. Entre ellos destaca un plato típico, que se puede disfrutar en cualquier bar de España, pero cuya receta es completamente distinta.
Los chipirones de La Blava tienen una entidad propia. Tienen la fritura perfecta, el aceite completamente justo para no mancharse en exceso y del tamaño ideal para no quedarte con hambre.
Sabor que conquista
Que nadie se asuste por el precio. A pesar de costar 15 euros, algo que puede parecer desorbitado, es mejor confiar en el plato que va a recibir. No se trata de estética, se trata del sabor que uno va a recibir al probar estos pequeños calamares.
Sólo hace falta echar un vistazo a las mesas que hay en la terraza para ver que no hay una que no apueste por probarlos. Su receta es secreta y conquista a catalanes y turistas.
Comida y pastillas
El producto de proximidad y de primera calidad son la base de los chipirones y todos sus platos. Sus cuidados a la hora de cocinar se notan en el sabor de sus arroces, pero también de sus sepionetas, como le llaman a las pequeñas sepias que sirven de tapa. Claro que, si uno pide una fideuá negra también se las puede encontrar.
Pero si los platos no son suficientes, la historia del local no desmerece. La Blava está fundada por una de los apellidos más míticos de Cataluña, los Juanola. Sí, el de las famosas pastillas. Aquellas cuya fórmula fue vendida a un laboratorio para que Manuel Roca y sobre todo su hijo, José María, se dedicaran a lo que les gustaba. Pescar. Fue el nieto del fundador del negocio, Sergio, quien más adelanta se metería a cocinar el producto.
Cómo llegar
Llegar a Calella de Palafrugell es muy rápido, siempre que uno no vaya en verano y en fin de semana de playa. La AP-7 va cargada en periodo estival y es la mejor manera de llegar hasta allí.
Tras tomar la salida a Platja d’Aro, uno debe seguir por la C-31 hasta el municipio. Una vez allí, además de disfrutar de la comida de La Blava, uno puede perderse por sus calles y sus playas.