La expresión del arte puede aparecer en muchos lados. Los escritos y mitos sobre las musas así lo dejan claro, pero también las piezas que nos han dejado grandes artistas. Las formas de La Pedrera de Gaudí, las cuevas de Miquel Barceló, los grandes tapices de Tàpies y, aunque parezca mentira, en un parque de Lleida.
El artista Josep Amenós lleva tiempo desarrollando su arte en espacios abiertos. Una manera de desburocratizar el arte, de hacerlo menos clasista, menos inaccesible. Tal y como lo aprendió en la Escola d’Arts i Oficis Ondara de Tàrrega, donde se formó.
De cabaña a capilla
Si bien la mayor parte de su vida la ha dedicado a la agricultura, cuando se jubiló, regresó con su hermano a su pueblo natal, Sant Martí de Maldà. Allí fue cuando se reencontró con su pasión, el arte.
Comprada una cabaña del siglo XVIII, la convirtió en una especie de almacén donde guardar las cosas para pintar y luego en una capilla. Formado en la religión católica, el artista empezó a pintar el inmueble con temática religiosa y poco a poco la extendió a su alrededor.
Intervención artística
Durante más de veinte años, Amenós ha pasado de pintar su minúsculo templo rural a intervenir el entorno natural. Con pinturas y neumáticos creó lo que ahora se llama Parque de las Ruedas, un lugar único donde disfrutar el arte sacro al aire libre.
El catalán ha intervenido el entorno, ha colocado ruedas por diversos puntos que hacen de muros y escaleras, para sortear la orografía. Las rocas del lugar se han convertido en lienzos en los que poder crear y no todo se ciñe a la religión.
Representaciones
A pesar de que las figuras religiosas son las más retratadas, el artista también ha reflejado parte de lo que ha sido su vida en estas piedras. Así, se pueden ver referencias a la aviación (una de sus pasiones), la agricultura (a la que se ha dedicado toda su vida) y las nuevas tecnologías.
La instalación ha tenido tanto éxito que se ha convertido en un fenómeno en la zona. Un conjunto artístico que comulga con su entorno y que es ya el principal atractivo del municipio.
Arte donado
Consciente de la importancia de su trabajo, Amenós decidió donar esta obra, y las 20 hectáreas que ocupan al ayuntamiento de Sant Martí. Lo único que pidió a cambio es que se encargaran de conservar su obra.
El consistorio ha cumplido con su palabra. Ha alquilado el espacio por 7.000 euros. Una inversión que debe servir para la conservación de este espacio artístico.
Cómo llegar
La manera más recomendada de llegar es a pie. Desde el núcleo urbano de Sant Martí de Maldà se tarda poco más de media hora, pero el camino merece la pena.
Desde Barcelona se tarda hora y media en llegar. Lo más fácil es tomar la A-2 hasta Tárrega. Al ir por la N-II, uno se debe desviar por la LV-2021 antes de entrar al municipio y seguir las indicaciones hasta Sant Martí y, si no se quiere andar, antes de llegar al municipio, aparece el desvío hacia el parque.