En España, tenemos auténticas maravillas de pueblos repartidos a lo largo de la Península Ibérica. La prestigiosa revista de viajes, National Geographic ha designado cinco pueblos como los más bonitos de nuestro país: Peñíscola (Castellón), Pedraza (Segovia), Altea (Alicante), Haría (Lanzarote) y Horta de Sant Joan (Tarragona).
Y precisamente nos pararemos a hablar de este último: Horta de Sant Joan, un municipio de la comarca de la Tierra Alta. Está situado a 542 metros de altitud y en la parte sud se encuentra el Parque Natural dels Ports.
Un pueblo con encanto
Horta de Sant Joan es un enclave histórico marcado por la influencia templaria que se erige como un testimonio viviente de la reconquista cristiana en el siglo XII tras la dominación musulmana. Esta huella no solo se refleja en la legislación local, como atestiguan documentos que se remontan a 1296, sino también en la imponente arquitectura fortificada de la iglesia de Sant Joan, el convento dels Àngels y la torre del Prior, situados en las afueras de la localidad.
Más tarde en el año 1570, el estilo renacentista impregnó las fachadas del pueblo, dotándolas de pórticos y ventanales adornados con arcos característicos, como los que embellecen el Ayuntamiento o la Casa de la Vila.
Para los amantes del ambiente medieval, Horta de Sant Joan emerge como un auténtico tesoro por descubrir. Este pueblecito de calles empinadas y estrechas alberga una iglesia románica-gótica del siglo XII, que añade un aura de antigüedad y misticismo al paisaje.
Picasso en Horta de Sant Joan
Lo que mucha gente no sabe es que el famoso pintor Picasso habitó en Horta de San Juan dos veces. La primera convaleciente, a partir del verano de 1898, y la segunda durante el periodo de mayo-agosto de 1909.
La segunda vez que fue, intentó unir la tierra con la mujer que amaba. Hecho que nos ayuda a entender algunos aspectos de su producción y su obra.
El Centro Picasso de Horta quiere ser homenaje permanente a Picasso y pretende recoger la reproducción de todas las obras que el artista creó en el pueblo. El visitante encontrará una muestra de las profundas raíces que unen esta tierra con el malagueño, lazos que él mismo sintetizó en la célebre frase: "Todo lo que se lo he aprendido en Horta".