Cualquier persona que viva o visite Barcelona lo ha visto. Tal vez no ha reparado en él, pero es más que evidente su existencia. Se trata de La rotonda dels transports, un mural con más de medio siglo de historia que pasa desapercibido.

A pesar de que el nombre puede causar cierta confusión, no engaña. Está en una rotonda, pero no es exterior, no se trata de ninguna plaza de la ciudad. Tampoco es que en el lugar haya un montón de transportes, de hecho, sólo uno (o tres, depende cómo se cuente), pero sí es público. Este mural está bajo tierra en la mismísima plaza Cataluña.

Un hombre toca en el metro SIMÓN SANCHÉZ

Dónde está 

Si una baja, sube o pasa por la estación de plaza Cataluña situada en la confluencia entre la calle Pelayo y Las Ramblas de Barcelona, va a parar a una rotonda, o espacio abierto circular. Este lugar sirve de puerta de entrada al metro, los Ferrocarrils (FGC) y Renfe.

Pese a todo, parece que muy poca gente le presta atención, al ser un lugar de paso y con las prisas del trabajo y el día a día uno no repara en los detalles de un proyecto de Francesc Albors y Manuel del Río, y que se ejecutó desde la Escola Massana de diseño.

'El mural dels transports' SIMÓN SANCHÉZ

Cómo es el mural 

A pesar de ser llamado mural, en realidad son seis pequeñas obras distribuidas por las paredes de la rotonda donde quedan representados distintos medios de transporte de diferentes épocas: además del tren aparecen bicis, submarinos, barcos, tractores, coches, globos aerostáticos y otros inventos de época.

Los murales están realizados con gres, todos miden 2,15 metros de alto y el más grande tiene 6,5 metros de largo, mientras los más estrechos, los que hay en una columna central hacen 65 cm.

Un hombre frente 'El mural dels transports' SIMÓN SANCHÉZ

Autores 

Y si poco se repara en este mural, aún menos en sus autores, cuya firma también está inscrita allí, en el que está situado en dirección a Las Ramblas con la calle Rivadeneyra, por donde su día se extendía el pasillo subterráneo que conducía a Portal de l’Àngel.

Allí, en la base del que ahora es el mural más extenso --se hizo en 1966, pero hubo una rehabilitación en 2003--, además de aparecer el nombre de la Massana y los ideólogos del proyecto también se citan a sus hacedores, Maria Bofill y Elisenda Sala, y de las ceramistas D. Llenas, Ester Palomer y Carme Llobet.

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