La Dirección General de Tráfico (DGT) recauda dinero. Eso es una obviedad. Pero si lo hace es debido a las infracciones cometidas por los conductores que se saltan la normativa. De otra manera, los ingresos que recibiría este ente del Estado serían cero.
Eso es lo que pasa en Cataluña. Para la DGT las carreteras de la comunidad autónoma no suponen más que un terreno fantasma. Reciben cero euros a pesar de que los radares ponen una hora cada 42 segundos.
Una excepción compartida
Cataluña, junto con el País Vasco y Navarra, se erige como un reducto donde las multas de la DGT son solo una quimera distante. La razón no es burocrática, ni tienen nada que ver con las estrategias de los conductores para escaquearse de pagar la sanción. Los motivos son, simple y llanamente, políticos.
La DGT es un ente sin competencias recaudatorias ni autoridad para intervenir en las infracciones que se cometen en este territorio. Aunque esto no implica que las normas de circulación sean obviadas en estas tierras, sigue siendo el órgano competente en la revisión y emisión de la normativa.
Recaudación perdida
Pero eso es lo único. El trámite y cobro de multas no les pertenece. Incluso los radares por exceso de velocidad son de gestión autonómica. Lo cierto, es que Cataluña ha salido ganando, sólo en 2022, ingresó 83 millones de euros por multas relacionadas con exceso de velocidad.
Todo radica en que la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, depositaria de las competencias en tráfico, transporte y seguridad vial en el resto de España, no tiene jurisdicción en estas regiones. De ella se encarga los Mossos d’Esquadra y la delegación de Trànsit.
Pactos políticos
La historia, por eso, empieza en el País Vasco en 1983. Por aquel entonces, el Gobierno de Felipe González traspasó las competencias en materia de tráfico al País Vasco. Cinco años más tarde fue el turno de Cataluña, con el famoso Pacto del Majestic firmado entre Pujol y Aznar. El pasado año, el 1 de julio de 2023, fue el turno de Navarra.
En cualquier casa, las carreteras catalanas son casi un fantasma para la DGT, saben que existen, aplica sus normas sobre ella, pero no pueden sacar nada de allí.