Cataluña alberga una plétora de aldeas escondidas que brindan una variedad de actividades al aire libre, generando un abanico de opciones para los viajantes planificando su escapada. Hoy destacaremos un pequeño enclave que no solo permite la realización de variadas actividades, sino que también es un imán para los aventureros, gracias a sus enigmáticas cuevas naturales.
Cuevas misteriosas
El lugar en cuestión es Benifallet, asentado en la provincia de Tarragona, que posee lugares maravillosos para desconectar del estrés por algunos días. Ubicado en el extremo norte de la comarca del Baix Ebre, limita con las regiones de la Terra Alta y la Ribera d'Ebre.
Pese a su población inferior a 1000 habitantes, Benifallet ha adquirido un estatus destacado en el ámbito turístico debido a dos rasgos esenciales: en primer lugar, las renombradas Coves Meravelles, las cuales atraen a visitantes durante todo el año; en segundo lugar, su gastronomía.
En cuanto a su economía local, la principal industria en el pueblo es la agroindustria. A los cultivos tradicionales de la región, como olivos y almendros, se suman árboles frutales como melocotoneros y cítricos.
Las cuevas
Si bien los viajeros tienen gustos variados, muchos comparten la curiosidad de explorar las Coves Meravelles, que se han convertido en una atracción novedosa y un punto de encuentro para los amantes de la naturaleza.
Lo más intrigante de estas cuevas están compuestas por una amplia gama de estructuras naturales, que incluyen estalagmitas, estalactitas, coladas, columnas, banderas y macarrones, entre otras.
Otras cosas para hacer
Benifallet es un rincón de tranquilidad donde los lazos comunitarios florecen y los residentes disfrutan de la brisa en sus puertas. En apenas una hora, este tranquilo enclave se puede recorrer, desvelando sus atracciones más cautivadoras. Entre estas destaca la plaza de la iglesia, ubicada junto al Ayuntamiento.
En la pintoresca calle Doctor Sastre, se alza una vivienda engalanada con una exuberante parra, mientras que cada hogar ostenta una placa familiar. No obstante, el epicentro del pueblo es el convento, edificio neoclásico de gran importancia, que en el transcurso de los años fue instituto, sede postal, biblioteca e incluso consultorio médico.
La entrada al pueblo es custodiada por el pont del Llaguter, un puente que mejoró las conexiones regionales.
Disfrutar del entorno
La senda en bicicleta por la Terra Alta, que culmina en Benifallet y se extiende hacia Tortosa, es otra oferta imperdible. En la antigua estación de tren, ahora restaurante, puedes recobrar energías tras el trayecto. Los más jóvenes también pueden unirse a esta recomendable excursión.
Más allá del núcleo urbano de Benifallet se alza la Sierra del Cardó, donde yace un antiguo convento medieval en un acantilado, así como un balneario del siglo XIX. Lamentablemente, ambos edificios están en ruinas, vedados al acceso. El balneario operó hasta 1967, cambió de dueños y finalmente fue adquirido por Leche Pascual con planes de convertirlo en un hotel de lujo.
Cómo llegar
Para alcanzar el balneario, se debe transitar una serpenteante carretera hasta su cima, donde el camino culmina. Desde aquí parten excursiones, como la que abarca ermitas, las formaciones de els Martells y la imponente ermita de la Columna, emplazada en un promontorio.
La distancia que separa Benifallet de la ciudad de Tarragona es de aproximadamente 80 kilómetros. Para llegar es necesario conducir por las autovías A-7 y C-44, lo cual demanda un tiempo estimado de solo una hora.