Es conocido que la mayoría de palabras que usamos en catalán proceden del latín. Hasta aquí, ninguna novedad. Claro que si uno indaga en la etimología de las lenguas descubre que hay una que se mantiene intacta a lo largo de los siglos. Además, es muy usada.
Los catalanes tenemos una costumbre particular a la hora de agradecer. Podemos optar por el gracias de toda la vida, pronunciado y escrito con algún matiz (gràcies), pero también por el mercès o merci.
Dudas sobre la copia
Estas dos palabras, por eso, siempre han estado cargadas de polémica. ¿Es mercès una adaptación del francés merci? ¿Es a la inversa? ¿Quién copia realmente a quién? Ya hemos dado pistas, pero la respuesta está en el latín. Es cuestión de ir por partes.
Empezamos por el principio para justificar el titular. Los romanos ya usaban tal cual la palabra merces. Por tanto, ya resolvemos los misterios. El catalán usa tal cual una palabra originaria del latín y, por eso, podemos determinar, que quien adapta el vocablo son los franceses. ¿O no?
Las palabras y 'las cosas'
Para los que les apetezca indagar más, vamos a hablar del por qué les mercès son gracias. El vocablo latín significaba paga o salario, pero poco a poco se fue adaptando su uso hasta convertirse en una forma de agradecimiento.
El merces se fue usando en las regiones francoromanas y sus zonas limítrofes, pero con la llamada perversión o adaptación de las lenguas, la palabra fue mucho más que una manera de llamar al sueldo. Poco a poco fue una promesa de reciprocidad, una manera que indicaba algo como "te sabré pagar" o "te pagaré".
Respuesta ¿definitiva?
A partir de allí, la vida y los usos de ella y el idioma. Se encontró otra manera de decir que se va a recompensar a alguien, en cambio, la palabra mercès en sí, se quedó para mostrar simplemente gratitud.
Ya el tiempo ha hecho que el mercès se quedara tal cual en Cataluña y Francia, que fue quien adaptó el mercès, lo convirtiera en merci. ¿Fin de la polémica?