Para quién estuviera esperando el frío, pero el frío de verdad, tenemos buenas noticias para vosotros. Si sueñas con ser Elsa, Anna u Olaf de Frozen ¡ha llegado tu momento!
El frío... esa sensación térmica asociada a bajas temperaturas, capaz de influir no solo en el clima, sino también en la percepción de las personas. Puede manifestarse de diversas formas, desde el aire fresco de una mañana invernal hasta el gélido viento que corta la piel en una noche helada.
Precaución, amigo conductor
Todo el mundo va en coche ya sea para trabajar o para conducir por placer, pero la carretera puede llegar a ser nuestro peor enemigo y, más aún, con la llegada de la nieve.
Es por eso por lo que la Dirección General de Tráfico (DGT) nos pide, encarecidamente, que tengamos precaución a la hora de ponernos delante del volante. ¿Qué debemos hacer? Primero has de realizar una comprobación exhaustiva de los elementos más afectados por el frío. Es muy importante verificar que la batería del vehículo disponga de carga suficiente, ya que las bajas temperaturas reducen su rendimiento. También, asegurarse de que los niveles de refrigerante y líquidos anticongelantes son los adecuados para proteger el motor del frío.
Los neumáticos se han de comprobar, también, como la presión y considerar el uso de cadenas si hay nieve.
Es importante limpiar el hielo de los cristales y espejos y certificar que el sistema de iluminación funcione correctamente, ya que, en invierno como todos sabemos, las horas de luz son muchas menos. Por supuesto, la DGT aconseja a los conductores a reducir la velocidad y a aumentar la distancia de la seguridad. La adherencia al pavimento disminuye con la presencia de hielo o nieve y alarga la distancia necesaria para detenerse sin riesgos. Y si no, debes utilizar las luces de cruce o las luces antinieblas si la visibilidad se reduce por debajo de los 50 metros.
Las maniobras, a realizar, deben ser suaves y progresivas y no se ha de frenar bruscamente. Si hay nieve profunda se puede utilizar una técnica conocida como la 'conducción a medio gas' que consiste en mantener una velocidad constante y utilizar el cambio de marchas para no perder tracción.
Si el vehículo queda atrapado en la nieve, lo mejor es no acelerar de forma brusca, utilizar una pala para liberar la nieve de alrededor de las ruedas y esparcir material antideslizante.