Todo está a punto para el sorteo de la Lotería de Navidad 2023. Los bombos, las bolas, la tolva y las liras con los que se realizará el sorteo de lotería de Navidad el próximo viernes, día 22, ya se encuentran en el Teatro Real de Madrid, adonde han llegado este viernes y donde aguardarán custodiados una semana para ser artífices del reparto de 2.590 millones de euros en premios.
Ante la clásica expectación mediática, con emisiones televisivas y radiofónicas en directo, varios trabajadores han descargado en el backstage del teatro los dos camiones en los que ha sido trasladado el material, incluidos los cuatro bombos, titulares y suplentes, que son emblema del sorteo navideño.
Más décimos
La campaña que arrancó en verano, tiene los días contados. En menos de 48 horas ya se sabrá dónde ha tocado el Gordo y el resto de premios.
Esta campaña se espera llena de cifras interesantes. Para empezar se han puesto a la venta un total de 185 millones de décimos, o lo que es lo mismo 185 series de 100.000 números cada una, cinco más que en 2022. De estos 3.700 millones de euros se repartirá un 70% en premios, es decir, 2.590 millones de euros.
El Gordo de Navidad: 4.000.000 euros
El gran aliciente del sorteo será, como siempre, el Gordo de Navidad, premiado con 4.000.000 euros a la serie. También destacan el segundo y tercer premio, dotados con 1.250.000 y 500.000 euros a la serie, respectivamente. Ahora toca que el juego arranque.
Tras comprobar el buen estado de los bombos y las bolas, "se han vuelto a precintar por los fedatarios públicos", ha explicado a la prensa Eduardo Ovies, subdirector de recursos materiales de Loterías y Apuestas del Estado.
Sala "a menos 16"
Tras un par de horas en las bambalinas del teatro, entre tareas de revisión y su posado ante las cámaras, el material ha descendido en una plataforma montacargas. Es trasladado “a menos 16”, que es como se llama en el Teatro Real a una sala ubicada a 16 metros bajo tierra, en la quinta planta subterránea, que cuenta con medidas de seguridad, entre ellas un mínimo de dos vigilantes de forma continuada durante toda la semana.
Una semana en la que los bombos serán sometidos a ensayos, para que rueden de forma precisa el viernes y brillen junto a los niños de San Ildefonso en la matinal que tradicionalmente marca el inicio de las navidades en España con los cánticos de números, pedreas y trece suntuosos premios.
Ensayos varios
Los ensayos probarán especialmente la parada de los bombos para sacar cada número o premio. “Que paren donde tiene que ser, que es en la parte inferior, para que la válvula extractora siempre esté debajo de la copa”, ha señalado Ovies, y ha añadido que hacer esas pruebas “lleva un tiempo para ajustar los motores y las frenadas”.
Cuentan con una semana para que todo esté a punto y, en el caso de que fallaran los bombos principales, hay otros similares en reserva dispuestos para salir al terreno de juego, aunque es algo que nunca ha ocurrido en más de dos siglos de este sorteo, y Ovies toca “madera” para que no se dé tampoco esta vez.
Los bombos
Aparte de los ensayos técnicos, también la decoración tiene que estar lista para el jueves, víspera del sorteo. Los bombos y las bolas subirán al escenario la noche del miércoles al jueves, porque 24 horas antes del sorteo se realiza el ensayo general, con todos los adornos ya en su sitio, salvo la moqueta, lo único que se incorporará el viernes. Latón, bronce, boj y láser
El bombo grande, el que acoge las 100.000 bolas con los números, está realizado en una aleación de latón y bronce. Pesa 850 kilos, tiene 264 centímetros de alto, 211 de ancho y 158 de diámetro de su esfera.
Las bolas
Su hermano menor, el de los premios, también es de latón y bronce, con 450 kilos, 160 de alto, 128 de ancho y 74 de diámetro. Son 1.807 las bolas de los premios, hechas de madera de boj, al igual que las 100.000 de los números.
Las cifras están grabadas con láser y todas las bolitas tienen el mismo tamaño, 18 milímetros, e idéntico peso exacto, 3 gramos, para que ninguna cuente con una ligera ventaja por ser sus números de grafía más breve y dejar más masa en la bola. Cada año, además, se sustituyen las que tengan el más mínimo desperfecto. Ya está todo arreglado. Ahora, toca esperar y que toque.