El éxodo de los pueblos rurales ha dejado a su paso paisajes desolados, comunidades en declive y un llamado urgente a la revitalización del entorno rural. La pérdida de población, la falta de oportunidades y la desconexión con las raíces culturales son desafíos que exigen atención y soluciones sostenibles para preservar la riqueza única de estos lugares.
Con las montañas como refugio de la invasión sarracena, Gisclareny conserva restos de hachas de piedra de la época visigótica. El esplendor de esta población, situada dentro del Parque Natural del Cadí-Moixeró, llegó en el siglo XIX, pero la industrialización del Berguedà favoreció su desertización. No es hasta finales del siglo pasado y principios de este, que el turismo rural parece dar nuevamente sentido a esta ciudad como lugar de residencia.
Pueblo pequeño, pero grande
Este municipio se encuentra en la comarca del Berguedà, en la provincia de Barcelona. Actualmente, tiene una población de 28 habitantes, según el INE del año 2022, es el menos poblado de la comunidad autónoma de Cataluña. Se comunica con Bagá mediante una carretera y su economía se basa en la agricultura de secano y en la ganadería.
Es curioso porqué es uno de los municipios más extensos con más de 36 kilómetros cuadrados, una población que en el último siglo ha ido decreciendo masivamente.
Lugares de interés
Como vemos Gisclareny es grande, pero a la vez pequeño de corazón por sus pocos habitantes. Sin embargo, si tienes pensado visitarlo, tiene algunos lugares de interés, dignos de ver; como por ejemplo, la Iglesia de la Mare de Déu del Roser. Es del siglo XVIII, se puede encontrar detrás del Ayuntamiento y su interior conserva parte de la decoración neoclásica.
También, podrás ver las ruinas del castillo de Murcurols que suelen ser un atractivo turístico, ya que se trata de una masía de estructura clásica con planta rectangular. La masía tiene unos cimientos medievales, pero la construcción principal es del siglo XVII. Se conserva en mal estado, con la cubierta y la fachada muy deterioradas. De la construcción primitiva, solamente quedan unos pocos restos, muy probablemente pertenecientes a la iglesia de Santa María.
A 14 min en coche, encontramos un destino que tampoco te puedes perder: el Parque Natural del Cadí-Moixeró en el que podrás encontrar una inmensa diversidad tanto de vegetación como de animales residiendo en su interior. Destacan especialmente los acantilados que tienen una forma muy característica convirtiéndose en uno de los lugares más importantes para el excursionismo en la región. Además, sus dos grandes cordilleras el Cadí y el Moixeró forman una impresionante barrera montañosa, punto de unión entre el Prepirineo y el Pirineo.