No todo es playa en la zona de costa de Cataluña. Tampoco son necesarios parques de atracciones o montañas rusas. A veces, un tobogán puede hacer las delicias de pequeños y grandes y ofrecer la diversión que uno busca.
En mitad de la Costa Dorada, al lado de un pueblo íbero, a pocos metros del pueblo pesquero más literario de la zona, aparece una estructura metálica de 700 metros que causa sensación desde hace más de 30 años. Los habitantes y conocedores de Calafell ya pueden hacerse una idea de lo que hablan.
Idea alemana
Todo empezó con la idea de un alemán, Hans Zimmermann, que, en 1989, construyó este tobogán gigante que fue, en su momento, único en la península ibérica y en Europa. Un tobogán que debe bajarse en una especie de trineo, se trata de Calafell Slide.
Los visitantes se sientan en el trineo, son tirados hacia arriba de la montaña, disfrutan de las vistas del Mediterráneo y, una vez arriba, se dejan caer por este tremendo descenso en forma de zigzag a velocidades increíbles. Pero no teman. En trineo tiene una palanca a modo de freno que uno usa a su antojo.
Gran velocidad
Son muchos los que se relajan con las vistas y bajan con tranquilidad, los hay a los que le gusta la emoción y alcanzan velocidades que pueden superar los 30 km/h, incluso están los que compiten entre ellos. Siempre desde el respeto a los otros usuarios.
La sensación es inolvidable. Los pequeños sienten el vértigo del riesgo, los mayores se vuelven como niños y las familias pasan momentos juntos inolvidables. Además, para aquellos que lo quieran hay un área de picnic donde se puede merendar o incluso celebrar cumpleaños. Y se hacen.
Precio y cómo llegar
Lo único que debe tenerse en cuenta son dos cosas. En primer lugar, que los niños de 3 a 7 años han de bajar por el tobogán acompañados de un mayor de 16 de años. Lo otro es el precio. Va de los 3 euros el viaje, a los 72€ por 48 bajadas. Aun así, lo más común suele ser la compra del billete de seis tickets a 15 euros.
Calafell Slide está al lado de la montaña, pero en cambio, es superfácil llegar. La salida de la C-32 a Calafell llega hasta allí. Antes de llegar al pueblo, de hecho, aparece el cartel de desvío que lleva hasta allí.