Los castillos medievales son fortalezas históricas que desempeñaron un papel crucial en la defensa de territorios, sirviendo como bastiones de protección para nobles y comunidades locales durante un período de inestabilidad y conflictos.
Muchos de ellos se conservan bastante bien y se pueden visitar. Un regalo para la memoria histórica, la que tanto nos enseña, y en la que, en la medida de lo posible, nos ayuda a documentarnos y a conocer hechos del pasado.
Fortificaciones medievales
Hay más castillos que salchichones en Vic, pero hoy hablaremos del Castillo de Gelida que se encuentra a menos de una hora de la capital catalana.
Esta fortificación data del siglo X y está formada por el castillo y la iglesia de St. Pere. En su origen fue una fortaleza de frontera durante el conflicto entre árabes y cristianos, y en el siglo XIV se transformó en un palacio residencial. Su abandono definitivo llegó en el siglo XVIII y sus escombros fueron inspiración tanto para pasear por él, como para dibujarlo.
En la actualidad, este castillo es un espacio monumental y arqueológico propiedad del Ayuntamiento de Gelida y gestionado por la Asociación de Amigos del Castillo de Gelida desde el año 1968.
Su propiedad pasó por las familias de los Cervelló, Montcada, Arbórea y Bertrán. En el año 1465 habitaba Pedro de Portugal y en 1780, el párroco de San Pedro pidió permiso para poder construir el campanario.
Desde el año 2003, en el recinto se encuentra el Centro de Interpretación del Castillo y un equipamiento de atención a los visitantes desde el que se ofrecen visitas guiadas, información turística del municipio e itinerarios por la ciudad como la Ruta Modernista y la Ruta de las masías, actividades educativas, exposiciones, conciertos, etc.
Además, fue uno de los castillos estratégicos del condado de Barcelona para favorecer la expansión Al-Ándalus y para mantener seguros los límites territoriales. ¿Conocías este espectacular castillo?