Muchos catalanes están familiarizados con La fageda d’en Jordà por unos postres muy populares que se comercializan en Cataluña. La empresa, además, ayuda a personas con capacidades especiales, otro de sus sellos de identidad como marca. Pero más allá de eso, este nombre también es sinónimo de una naturaleza increíble.

Situada en el corazón de La Garrotxa, tierra volcánica por excelencia, este mar de hayedos luce majestuoso entre cráteres milenarios. Su presencia en la colada de lava que dejó el volcán Croscat hace 17.000 años asombra a sus visitantes. Entre ellos, al poeta Joan Maragall, que le dedicó uno de sus bellos poemas.

Características 

Visitar este rincón de Cataluña en otoño ayuda a entender de lo que habla el escritor. Los colores de las hojas componen un cuadro cargado de vida que esconde varios senderos que se extiende en 700 hectáreas.

La rica biodiversidad que en ella hay convierte La fageda en una de las 27 reservas naturales que hay dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Y es que crezcan hayedos en una zona volcánica de a poco más de 550 metros sobre el nivel del mar no es muy habitual.

Secretos ocultos 

Más allá de poder visitar la cooperativa en la que se fabrican los populares postres, adentrarse en este hayedo es disfrutar de los colores más vivos de la naturaleza del Pirineo. Sus diferentes rutas permiten conocer algunos de los volcanes e incluso una iglesia oculta en un cráter.

Para entrar uno debe dejar el coche en la entrada, pagar entre 6 y 10 euros por persona, y explorar. ¡Ah! Y quién no quiera pasear tiene la opción de ir en un carro de caballos.

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