La ruta de las 7 ermitas: un paseo lleno de historia por el Pirineo catalán
La leyenda alrededor de la construcción de estas iglesias trata de dar explicación a la cantidad de templos
18 octubre, 2023 14:14Cuenta la leyenda que un pastor subió desde su pueblo a las montañas de los Pirineos con su rebaño. Hasta aquí todo normal. En el camino se encontró un monje con el que se paró a hablar en busca de consejo.
Por esos tiempos la peste se extendía por el territorio y el hombre estaba preocupado. El religioso le dijo que no tenía por qué temer, ni él ni los de su pueblo. Tan sólo debía construir siete ermitas alrededor del municipio y quedarían completamente a salvo.
Medidas de seguridad
No fue fácil convencer a los suyos. El pastor tuvo que volver a la montaña para comentarle el rechazo de sus vecinos y éste tomó medidas. El monje le hizo sacarse la camiseta y le marcó sus cinco dedos en la espalda. “Ahora sí te creerán”, soltó.
Aterrorizados por la enfermedad mortal y el riesgo de contagio y ante las pruebas de que el pastor venía enviado por un religioso, se pusieron manos a la obra. Esta vez siguieron las instrucciones a rajatabla y enfocaron las ermitas mirando hacia el pueblo, todo para estar a salvo. Y lo lograron.
Dónde están
Seis de esas ermitas se encuentran todavía en pie. Son las de Sant Fabián y Sebastián, Sant Roc, Sant Cerat, Sant Joan Crisòstom, Sant Antoni y la Pietat. Una séptima, la de Santa Eulàlia, está en ruinas. Sólo se conservan sus cuatro paredes.
Todas ellas, a las que cabe añadir la iglesia de Santa María de la Purificación, se hallan en un pueblo de 1.110 habitantes que se encuentra a 924 metros de altura, en medio de los Pirineos. Se trata de Bossòst, en la Vall d’Aran.
Entorno
La historia puede ser cierta o inventada, pero cuesta encontrar otra explicación que argumente porqué un municipio tan pequeño, en medio de una naturaleza arrolladora por su belleza y frío por la cantidad de nieva que cae en invierno, tiene tantos templos religiosos. Es cierto que si uno mira las fechas, hay siglos de diferencia entre las edificaciones de unas y otras, pero claro, pierde gracia y atractivo turístico.
Es cierto que se pueden tomar muchos senderos que llevan a lugares increíbles de la zona, donde la naturaleza demuestra su majestuosidad. Pero lo cierto es que estas siete ermitas y la iglesia extra despiertan una gran curiosidad.
Las ruta y sus ermitas
Lo mejor que uno puede hacer para saber qué se va a encontrar allí es ir. Pero para los que necesitan algo de información, he aquí unos breves apuntes sobre estas ermitas.
- Iglesia de Sant Fabián y Sebastián. La primera mención de esta capilla hace referencia al culto de un solo santo, Sebastián. Era un texto del siglo XVII en el que se hablaba sobre las cuatro iglesias de la villa. Un siglo más tarde se hace referencia a la devoción de los dos santos que le dan nombre.
- Iglesia de Sant Roc. Antes fuera del pueblo, ahora dentro, esta iglesia del siglo XIX, obviamente tenía la misión encomendada, ya que es el santo protector de epidemias.
- Iglesia de Sant Cerat. Sin datación concreta, se la considera la más antigua de todas. Ahora, queda a las afueras, en la parte alta del municipio.
- Iglesia de Sant Joan Crisòstom. Erigida en el siglo XVIII se la computaba como una de las cinco ermitas de la época. Está reformada ya que sufre varios aludes.
- Iglesia de Sant Antoni. Otra de las más actuales, del siglo XIX. Queda bastante alejada, en el camino al Portilhon.
- Iglesia de la Pietat. Si estás en los Pirineos, lo normal es tener una virgen de las nieves, como es el caso. La ermita se encuentra en el acceso sur.
- Iglesia de Santa Eulàlia. Una de las más antiguas, construida entre los siglos XVII y XVIII, es también la peor conservada.
A pesar de que la ruta habla de siete ermitas, la Iglesia de Santa María de la Purificación, también en el lugar merece destacarse. Sobre todo, porque es la más antigua de todas. Pertenece al románico, fue erigida entre los siglos XI y XII, y desde 2015 fue catalogada Bien Cultural de Interés Nacional.
Cómo llegar
Al ser un pueblo pequeño, hacer la ruta de las 7 ermitas no es muy difícil, uno ha de seguir las indicaciones que hay en el pueblo y recorrer el kilómetro circular que lleva a estos siete puntos. Llegar hasta Bossòst ya es otra cosa.
El pueblo se encuentra casi en la frontera con Francia. Llegar desde Barcelona son más de cuatro horas en coche. Un viaje largo, de 330km, que se resume en tomar la A-2 y, antes de llegar a Lleida, tomar la salida 15 en dirección a Vielha. De allí se empalma con la N-230 que llega directo.