Definir el lugar que les proponemos a continuación no es del todo fácil. Primero de todo es un monasterio, pero no dan misa. Es un edificio modernista, pero su arquitecto no es de los más conocidos. Es un hotel, pero no es necesario quedarse a dormir. Eso sí, cuenta con un restaurante con estrella Michelin.

El lugar en cuestión es, como bien indica su nombre, todo un mundo. Un mundo lleno de servicios y actividades para todos los gustos, en pleno corazón de Cataluña y rodeado de naturaleza. Es el conocido como Món Sant Benet.

Historia 

La edificación original, situada a las afueras de Navarcles, junto al cauce del río Llobregat, data del siglo X, del año 960 para ser exacto. Su estilo románico se aprecia en su estructura y en sus paredes de piedra, pero hay mucho más.

El culto religioso ya no se practica en sus cuatro paredes. Tampoco se conservan allí ninguna de las pinturas originales, pero sus responsables organizan visitas con una tecnología tan avanzada que permite ver los frescos originales.

Arte

Este no es el único arte que encuentra entre las paredes del Món Sant Benet. Más allá de la rehabilitada parte románica, hay otra parte más moderna que pertenece a las antiguas dependencias del pintor Ramón Casas.

El visitante puede pasear por la que fuera residencia del también fundador de la revista cultural L’Avenç durante los inicios del siglo XX, así como contemplar algunas de sus obras de arte. Un viaje inmersivo en la historia.

Hotel de lujo 

Todo ello rodeado de un entorno bucólico, donde el verde de los prados se fusiona con las aguas del Llobregat que pasan a su lado. Un lugar único que en el que la Fundació Catalunya-La Pedrera vio una oportunidad de darle una nueva vida con muchos más servicios.

Món Sant Benet es desde 2007 en todo un proyecto cultural que fusiona turismo y ocio gracias a la construcción de un hotel cuatro estrellas superior que destaca por seguir la línea y estilo arquitectónico medieval. A pesar de todo, sus huéspedes pueden disfrutar de los mejores servicios del siglo XXI.

Gastronomía de calidad 

Grandes camas, acabados de madera, terraza en todas las habitaciones con vistas al jardín que separa el hotel del monasterio o al bosque que le rodea, y un espacio que va de los 30 a los 80 metros cuadrados. Todo para estar a sus anchas y desconectar rodeado de naturaleza.

Como todo hotel de lujo que se plazca, también ofrecen servicio de masajes y tratamientos. Pero sin duda, la experiencia gastronómica puede ser la más extasiante y relajante de todas. Hay hasta tres opciones, la cocina catalana de toque contemporáneo de La Fonda, la cocina de temporada y de proximidad de Món y, por último, la alta gastronomía servida por el chef Iván Margalef y su restaurante L’Ó que, desde 2003, cuenta con una estrella Michelin.

Actividades 

Si eso sabe a poco, en las mismas dependencias de este universo, más que mundo, se encuentra la Fundación Alicia. Con sus siglas de alimentación y ciencia este espacio admite visitas de los curiosos de la cocina.

Y si de curiosos se trata, nada mejor que probar la aventura del Misterio de Sant Benet, una especie de escape en las dependencias que permiten aprender la historia del lugar, mientras uno se divierte resolviendo los enigmas planteados. Una experiencia 360, como diría Paquita Salas, de lujo. Y para todos los bolsillos.

Cómo llegar

No hay manera más fácil para llegar a este mundo que por la C-16, sobre todo si se viene desde Barcelona. Se debe ir por esa carretera hasta llegar a la salida de Sant Fruitós de Bages-Navarcles. Una vez allí, se toma la N-141 dirección Navarcles. A 450 metros ya aparece el indicador de Monasterio de Sant Benet.

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