El alquiler crea una especie de amor-odio para muchas familias o personas que deciden buscar un piso. ¿La solución es que haya más viviendas o que haya más ayudas para poder pagar un hogar digno? Responder a alguna de las dos preguntas sería más difícil de lo que nadie se piensa; sin embargo, de momento, se puede decir que la comunidad autónoma de Cataluña destinará 144 millones a ayudas para pagar el alquiler en 2023.
La consellera de Territorio, Ester Capella, explicó que la Generalitat ayudará a pagar el alquiler este año a unas 71.000 familias catalanas, un 25% más que el año anterior, que igual que en el caso de la cifra de beneficiarios, es la más alta para este tipo de prestaciones.
Los beneficiarios recibirán el importe correspondiente en los meses de enero a septiembre antes de acabar este año, y cobrarán lo referido a los últimos tres meses de año durante el primer trimestre de 2024.
La Conselleria de Territorio de la Generalitat ya ha impulsado la construcción de 5.337 viviendas de alquiler social en lo que va de 2023 a través de las ayudas públicas a la promoción, superando en más de un 4% las estimaciones iniciales.
Se presentaron 92.215 solicitudes: 12.544 de gente mayor, 19.316 de jóvenes y 60.335 del resto de franjas de edad, de las que se han aprobado 70.937.
Para ello, deberán presentar telemáticamente las ayudas que justifiquen que han hecho los pagos de las rentas del alquiler o presencialmente en las Oficines Locals d'Habitatge.
Un problema social
El alquiler que no se declara, llamado en negro, asciende al 20% en Cataluña, según el avance de un informe sobre alquileres sumergidos, que los Técnicos de Hacienda (Gestha) han presentado en el marco del Congreso Anual; y Lleida sería la provincia más afectada por este alquiler sumergido con un 31,9%.
Los expertos denuncian que el problema del alquiler es un lastre para los jóvenes talentos, que pueden facilitar el éxodo hacia otras ciudades.