Este fin de semana (7-8 octubre) se celebra una feria innovadora que quiere hacer un homenaje al producto alimentario de las galletas, en la que se agrupan artesanos de diferentes tipologías de galletas y dulces. Es la Feria de la Galleta de Camprodon.

Los productos que se encuentran en la feria son hechos artesanalmente por productores que tienen una gran experiencia detrás y en la que podrás deleitarte con paradas donde se venden galletas de diferentes variedades y sabores.

Además, es una oportunidad para los visitantes conocer mejor la cultura y la tradición del municipio, así como interactuar con otras personas.

En la feria destacan personalidades como: La Cuki, Ada Parellada, Lildami, Xanquers, Josep Maria Ribelles y Tony Meléndez.

Participan los galleteros artesanos de: Pastisseria Dura, La Galeta Artesana, Snouts, Cirereta d'Arboç, Olga Soler Cakes & Cookies, Pastisseria Serra-Tornes, Galetes Birba, Galetes Escuín, Pastisseria Ca l'Armela, Carrella, Natwins y Tuyarro. 

Lo mágico es que se pueden degustar hasta una variedad de 50 galletas diferentes, en 8 espacios únicos y con más de 30 actividades inéditas. 

 

 

¿Cuál es el origen de la galleta?

Todos los indicios indican que fueron elaboradas hace 10.000 años por los nómadas, que necesitaban un alimento fácil de transportar y con un alto aporte de energía. Su preparación fue en cierto modo una coincidencia, al someter por error una pasta de cereales a altas temperaturas. Esta no tenía levadura y tomaba la misma consistencia que el pan.

Durante la Edad Antigua se elaboraban con muy pocos ingredientes y fue en Roma en el siglo III cuando el chef Apicius coció una masa de cereales y la bautizó como Bis Coctum, muy similar a galleta en inglés, biscuit.

En la Edad Media aumentó el consumo de esta masa sin levadura, a la que se le añadía jugo de carne y huevo. Era un alimento sobre todo de campesinos, tripulantes de navíos o ejércitos de musulmanes y cristianos. A partir de ahí el famoso dulce comenzó a llamarse galleta, inspirándose en una crepe muy consumida en Francia en el siglo XIII que se llamaba galette.

La producción a nivel casi industrial no es hasta el siglo XVIII, cuando se pasa de elaborarlas en pequeños negocios a fábricas donde la productividad aumenta en grandes proporciones.

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