Tarraco fue la antigua capital romana de la Hispania Citerior y, si se quiere, de Cataluña. El circo, el teatro, sus murallas lo acreditan. Miles de turistas se acercan a visitarla cada año a la ciudad y descubren un territorio único.
Tarragona y su provincia, con la Costa Dorada como espacio de referencia, oculta pueblos medievales con encanto, playas de aguas cristalinas, una gastronomía exquisita y unos hoteles de lujo.
Premios a la excelencia
Prueba de ello son los premios que han entregado Booking y la Federació d’Associacions d’Empresaris d’Hostaleria de la Província de Tarragona. El gremio ha celebrado su 46.ª cena anual en La Boella y ha aprovechado para reconocer el trabajo de los hoteleros que han convertido la zona en un lugar de referencia nacional e internacional.
La account manager de la web, Cristina Carrasco, y su marketing team manager, Arlette Delgado, se desplazaron hasta Tarragona para entregar los premios. Allí asistió lo más granado del empresariado hotelero tarraconense, hasta 350 invitados.
Con la experiencia vivida de los visitantes, se ha desvelado la incógnita: ¿Cuál es el mejor hotel para tener una experiencia de lujo en Tarragona? La respuesta ha sido debatida pero clara.
H10 Imperial Tarraco
Renovado desde 2020, este hotel reabrió sus puertas convertido en un cuatro estrellas con salones de belleza, de reuniones y habitaciones con vistas al mar. Eso y una renovada oferta gastronómica. El chef David Ovejo ha diseñado la carta del restaurante Alta Mare situado en el interior con vistas al mar y al jardín. Y para tomar algo está el lobby bar y el rooftop Caelum, con hamacas y piscina incluidas.
Pero lo que importan, más allá de gimnasios, zona de spa y otros servicios son sus habitaciones. Con vistas al mar y al centro de la ciudad, los visitantes pueden sentirse como en el cielo en sus espaciosas estancias decoradas con los tonos blanco y azul del cielo.
Hotel Tancat de Codorniu
Este hotel no se encuentra en la capital de la provincia, sino casi al final de Cataluña, en Les Cases d’Alcanar. Sus encantos se ven a primera vista. Se trata de una villa al lado del mar con un enorme jardín equipado con dos piscinas y área de relax. Unas comodidades que harían las delicias de su famoso inquilino, el rey Alfonso XIII.
El monarca decidió construirse en este rincón del territorio su residencia estival, ahora abierta para menos de un centenar de personas. Y es que el lujo de este hotel es su tranquilidad. Sus 17 habitaciones garantizan disfrutar de la máxima paz. Y si no, siempre se puede jugar al golf en el campo que hay a su lado.
Hotel Casa Ceremines
Tampoco tiene mucho que envidiarle este establecimiento ubicado en Xerta. Si bien allí no se alojó ningún rey el hotel todavía conserva la estructura y los encantos del antiguo edificio del siglo XVI. Allí se han adaptado las dependencias para convertirlas en siete habitaciones amplias que cuentan hasta con su propia sala de estar.
Todo ello con un enorme jardín con piscina, una biblioteca y una cafetería para tomar un aperitivo tomando el sol. Eso y un servicio de alquiler de bicicletas para explorar una zona rodeada de una naturaleza que impresiona.