El curioso caso de los dos pueblos catalanes que rechazaron ser los más bonitos de toda España

Cataluña se ha convertido en un lugar de referencia para los aficionados al turismo rural, brindando la oportunidad de descubrir encantadores pueblos que nos transportan a épocas antiguas. Estos lugares cautivan con su arquitectura tradicional y comparten con los visitantes sus culturas y tradiciones autóctonas. Aquí, en estos rincones pintorescos, los viajeros pueden disfrutar de una experiencia turística exclusiva, alejada del ajetreo de las ciudades.

En este contexto, ciertas localidades se esfuerzan por ganar visibilidad y atraer viajeros sin caer en el olvido. No obstante, existe otra realidad opuesta: pueblos que prefieren mantenerse como tesoros ocultos, como refugios donde se respira la tranquilidad.

El objetivo no radica en el completo aislamiento, sino en evitar aglomeraciones y apostar por un turismo sustentable. Un caso ejemplar proviene de dos villas catalanas, Rupit i Pruit y Siurana, que recientemente rechazaron unirse a la asociación "Los Pueblos Más Bonitos de España", que busca promover la belleza de los pueblos del país.

Caso 1: Rupit i Pruit

Rupit Freepik

Ubicado en la comarca de Collsacabra, en el noroeste de Cataluña, el encantador municipio de Rupit i Pruit se erige con construcciones atractivas y un entorno natural cautivador. Resalta la imponente pared rocosa que domina la villa y antiguamente albergaba un castillo del siglo X. A pocos kilómetros, a 950 metros de altura, se encuentra Rupit, un pequeño conjunto de casas con la iglesia de Sant Andreu como su foco principal.

Este enclave hermoso rodeado de bosques y cascadas conserva una atmósfera apacible y tranquila, que se desea mantener.

La decisión de no unirse a "Los Pueblos Más Bonitos de España" no fue tomada a la ligera. La localidad ya ha enfrentado problemas de turismo descontrolado, particularmente durante la pandemia de la covid-19. Para lidiar con esto, el Ayuntamiento de Rupit i Pruit ha implementado medidas como el control de estacionamiento y la regulación del tráfico en el casco histórico, medidas que han sido bien recibidas tanto por la comunidad como por los negocios locales.

Caso 2: Siurana

Siurana Freepik

A orillas de un precipicio se eleva el idílico pueblo de Siurana, en la sierra de la Gritella. Parte de Cornudella de Monsant i Albarca, Siurana posee un valioso patrimonio marcado por los restos de un castillo árabe y la Iglesia de Santa María. El entorno natural circundante, incluido un embalse de aguas azules y exuberantes bosques, convierten a Siurana en un atractivo turístico.

Siguiendo un enfoque similar al de Rupit i Pruit, Siurana también elige no unirse a la asociación. "Más visitantes significarían más tráfico y coches, lo cual va en contra de nuestros esfuerzos por regular la situación", explica el alcalde. A pesar de que solo residen 32 personas en el pueblo, su atractivo ha atraído a visitantes que buscan experimentar sus encantos.

Frente a esta realidad, el Ayuntamiento ha construido dos aparcamientos con 180 plazas en total y trabaja en un sistema informático para informar sobre la disponibilidad de espacios. El objetivo es evitar la masificación y garantizar que los visitantes disfruten de su estancia en Siurana. Aunque enfrentan limitaciones en la comunicación debido a la falta de infraestructura tecnológica, están comprometidos con la gestión adecuada del turismo.