¿Existe acaso un elemento más nostálgico que los anuncios de la tele de nuestra infancia? Seguro que aún recuerdas tus spots preferidos, sobre todo cuando era verano, el colegio era un espejismo lejano, y te podías pasar horas delante de la pantalla viendo dibujos animados. Hoy, no obstante, vamos a enfocarnos en el "lado oscuro" de este tipo de nostalgia: rescatamos tres anuncios que traumatizaron a Cataluña en los 90 y que marcaron toda una generación. Antes de echar un vistazo a los spots, ¿crees que puedes intuir alguno de ellos? El listado, por cierto, proviene del divertido tiktoker enfocado en humor y nostalgia jacintcasademont.
Póntelo, pónselo
La premisa no podría ser más simple: el director de un colegio entraba en un gimnasio donde se congregaban varios estudiantes, mostraba un preservativo y preguntaba quién era su propietario. Los jóvenes se observaban mutuamente y, al final, uno de ellos se erguía admitiendo ser el dueño. Acto seguido, otro de los muchachos replicaba la acción. Tras ello, intervenía una joven. Y de este modo, toda la clase se sumaba a la confesión. La escena culminaba con una de las consignas más icónicas en la historia de la publicidad española: "Póntelo, pónselo".
Pese a que ahora todos los recordamos con cariño, en el seno de la administración surgieron múltiples objeciones en relación con el planteamiento del anuncio. Fueron tres los departamentos ministeriales responsables de orquestar toda la operación: Sanidad, Educación y Asuntos Sociales. Inicialmente, la historia iba a ubicarse en una sala de clases; sin embargo, según las palabras de los creadores del anuncio, "Javier Solana, quien ejercía como ministro de Educación, manifestó rotundamente su oposición a llevarla a cabo en un aula. Al final, fue Matilde Fernández, la titular de la cartera de Asuntos Sociales, quien demostró valentía. Gracias a sus esfuerzos, el proyecto siguió adelante, a pesar de que tuviéramos que modificar el entorno y optar por un polideportivo. Incluso el asunto llegó a ser discutido en el seno del Consejo de Ministros".
Él nunca lo haría
Siempre que nos topamos con una trágica historia sobre el abandono de un perro o mascota, una frase resuena en nuestra mente: “Él nunca lo haría”. Cuatro palabras que capturan a la perfección el amor sin condiciones que el reconocido mejor compañero del ser humano nos brinda, ese ser que nos acompaña a todas partes y estaría dispuesto a recorrer el mundo entero en busca nuestra si nos extraviamos de su vista. Dicha cita tiene sus orígenes en 1989, cuando la Fundación Purina (actualmente Fundación Affinity), en colaboración con la agencia Bassat Ogilvy & Mather, la difundió como parte de una campaña para sensibilizar sobre el abandono de las mascotas.
Ten cerebro
Un inquietante incidente protagoniza el último anuncio de este breve listado. El objetivo principal de esta iniciativa, de 1992, era concienciar sobre los peligros asociados al consumo prolongado de las drogas a través de imágenes impactantes. Para destacar de manera visual los efectos negativos de la cocaína en el cerebro, se recurrió a la imagen de un gusano, que puede resultar impactante y perturbadora. La campaña buscaba así generar un impacto duradero en la audiencia y fomentar una reflexión profunda sobre los riesgos asociados a este tipo de consumo.