En la hermosa Costa Brava se encuentra la encantadora localidad de Tossa de Mar, un pueblo que logra una perfecta fusión entre su esencia medieval y su tradición pesquera. La guinda es su escenario: un entorno natural privilegiado caracterizado por sus abruptos acantilados y sus playas de ensueño. Sin embargo, más allá de estas vistas espectaculares, al explorar este destino, no se puede pasar por alto su joya más emblemática y que suele encantar a los fans de lo medieval.
Con un valor histórico y arquitectónico sobresaliente, Tossa de Mar alberga el único ejemplo de una población medieval fortificada en la costa catalana. Nos referimos al imponente recinto amurallado de la Vila Vella, que ha sido reconocido como Monumento Histórico Artístico debido a su enorme significado histórico y su valor arquitectónico.
El castillo de Tossa de Mar
Este castillo, erigido a comienzos del siglo XIII con el propósito de proteger a los habitantes de los frecuentes ataques de piratas, ha logrado mantener prácticamente intacto su perímetro original de murallas almenadas. Estas estructuras se extienden majestuosamente sobre una prominente formación rocosa.
A los muros se suman cuatro torres y tres torres cilíndricas. La más destacada de todas ellas es la Torre d’en Joanàs, que domina la bahía de Tossa; la Torre de las Horas, ubicada justo en la entrada del patio de armas; y la Torre d’es Codolar o del Homenaje, que se alza junto al antiguo Palacio del Batlle, actualmente sede del Museo Municipal. Esta última posee una característica singular: preside la Cala es Codolar, una pequeña playa a la que solo se puede acceder desde el recinto amurallado. Para llegar a esta playa, se deben descender unas escalinatas cercanas a la torre, que conducen directamente a la arena y brindan la asombrosa oportunidad de disfrutar de un baño en medio de ocho siglos de historia.
Curiosidades y cómo llegar a Tossa de Mar
En el punto más alto de la Vila Vella se alza un faro construido en 1919, pero en épocas pasadas, este lugar albergaba el castillo propiamente dicho. Este edificio antiguo estaba compuesto por una torre de vigilancia y una estructura de planta rectangular. Además, se conectaba con la Torre de los Moros, otra atalaya situada en una pequeña colina.
Dentro del recinto, se descubre una pintoresca trama de callejones estrechos, adoquines en el suelo y una arquitectura encantadora. Destaca la antigua iglesia de Sant Vicenç, edificada en el siglo XV con un estilo gótico tardío.
Si se desea llegar a Tossa de Mar desde la ciudad de Girona, el trayecto en coche es de unos 45 minutos a través de la C-65 y la GI-681. Desde Barcelona, el viaje es algo más largo: 1 hora y 15 minutos por la AP-7.