Si hablamos de pueblos costeros con encanto en la región de la Costa Brava, seguramente vendrán a tu mente sospechosos habituales como Cadaqués, Tossa de Mar, e incluso Lloret de Mar. Sin embargo, la Costa Brava alberga otros rincones igualmente bellos y espectaculares, más desconocidos que la enumeración anterior, pero igual o más cautivadores. Hasta te pueden hechizar con su belleza si llegas desprevenido.

A continuación te ofrecemos cinco pueblos escondidos de la Costa Brava que te sorprenderán y enamorarán. Debes visitarlos antes de que acabe verano.

Colera

Colera, escondido en la serra de l'Albera, es un encantador pueblo de pescadores. Sus playas, como Garbet, Borró de dins y les Assutzenes, incluyen una franja de arena fina difícil de encontrar en otros municipios similares. ¿Qué puedes hacer en Colera? De todo. navegar, hacer buceo e incluso ir a la búsqueda de setas si has llegado a finales de verano. En cuanto a visitas cercanas, tienes la ermita románica de Sant Miquel, el mirador Les Orelles de la Mula y los dólmenes de Puig d'Esquers.

Port de la Selva

Este tranquilo y pintoresco pueblo pesquero de Alt Empordà es una maravilla que los turistas desconocen y muchos catalanes pasan por alto. Sus calas y playas idílicas invitan a practicar deportes acuáticos, y si eres más montañero, tienes senderos por doquier. ¿La mejor ruta? Dirígete a la cala Taballera, en el Parque Natural de Cap de Creus. ¿Cómo llear? Tras un recorrido de varias horas siguiendo el sendero GR-11, te espera la recompensa de esta hermosa cala.

Sant Pere Pescador

Este rincón tiene absolutamente de todo: campos de cultivo, un río, y el impresionante Parque Natural de Els Aiguamolls de l'Empordà. Entre sus tesoros se halla una playa dorada y marismas naturales. Ubicado en la bahía de Roses, es perfecto para practicar deportes acuáticos como el kayak, kitesurf y windsurf. Además, dado su emplazamiento Sant Pere Pescador es un paraíso para los amantes del vino.

Pals

Este pueblo medieval es célebre por su casco antiguo amurallado y cuenta con una extensa playa con vistas a las islas Medes. Es un paraíso para el aviturismo y el ciclismo. Coge la bici y piérdete por sus espectaculares  arrozales, masías y viñedos.

Mont-ras

Situado desde las laderas de Les Gavarres, Mont-ras ofrece un paraíso para los fans del mundo medieval con masías fortificadas y torres de vigilancia. Los alrededores son ideales para el senderismo y ciclismo, mientras que las calas como Font Morisca y Vedell ofrecen refrescantes baños en entornos prácticamente vírgenes. Destaca especialmente la cala del Crit, con vistas inigualables hacia las islas Formigues.

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