Antes de que el cambio climático puede dejarla seca, vale la pena acercarse a una de las zonas más lindas de la provincia de Barcelona, la riera de Merlès.
Esta caudal de agua que nace en el Ripollès, donde se juntan la riera del Molí y el rec de la Riba, cruza el Berguedà, pasa por Osona y acaba en el Bages, cuando desemboca en el Llobregat. Seguir su trazado, es conocer rincones de naturaleza increíbles.
Varias rutas
A lo largo de su recorrido uno puede explorarla por distintos puntos, pero hay tres enclaves que destacan por su belleza. Todos ellos son caminos trazados, de escasa dificultad y que prometen más de un baño.
Para seguir el orden del cauce del agua, la propuesta va a ser descendente. No de interés sino de norte a sur y con mucha variedad, entre ellas una piscina natural no intervenida por el hombre.
El origen
Uno de los puntos de acceso más fáciles para llegar al nacimiento de esta riera es l’Hostalet. Un hotel rural de Les Lloses y subir hacia el oeste hasta el camping Saiol. Son 18 minutos andando, pero es la excusa perfecta para remojarse en las pozas de la riera.
Si se sigue a contracorriente uno puede llegar al nacimiento de la riera de Merlès, el rec de la Riba. Allí, si bien el gorg no es tan profundo, apenas hay nadie y uno se puede remojar. Son 13 km, en los que uno se aparta por momentos del agua, pero valen la pena.
Los molinos
Si uno quiere conocer algo más alejado del nacimiento, se puede empezar por el Cobert de Puigcercòs, en el término municipal de Borredà. Allí no sólo hay un parking gratuito, sino también un restaurante.
Una vez se retoma fuerzas, se debe tomar una vía asfaltada que va en dirección contraría al cauce, una vez más, pero no se separa de él. Por el camino, los exploradores se encuentran molinos de agua antiguos y varias zonas propicias para el baño. Y así, se llega a l’Hostalet. Seguir de allí a la vía interior es cosa de cada uno.
Arriba y abajo
Por último, está el tramo central. Arranca en Santa María de Merlès. Allí mismo, cerca de un camping, hay unos pequeños saltos, donde uno puede refrescarse y empezar a seguir el cauce del agua hasta el Gorg Blau, una piscina natural rodeada de altas piedras en un entorno boscoso, ideal para los amantes de la naturaleza.
La otra opción es empezar en el mismo punto y empezar a subir hacia el norte, en dirección contraria. La característica de este tramo son los numerosos saltos que uno encuentra y, al final, una zona de baño de lujo. Bajo un puente se encuentran las Gargantas de las hiedras, nombre que recibe por esta planta que caen por las rocas hasta el río.