Así ha sido la emotiva despedida al quiosquero que lleva endulzando la vida de un colegio durante 50 años
El hombre y su esposa, que ha trabajado con él, se han mostrado agradecidos y sorprendidos por el homenaje
29 junio, 2023 18:34Hubo época en que el quiosquero era una de las personas de confianza del barrio. Era una persona a la que se veía casi a diario y con quien podías confiar. Ahora, esas personas poco a poco desaparecen, se van. Y dejan un gran vacío.
Este ha sido el caso de Fernando y María Jesús, las personas que desde hacía cuatro décadas uno se ha encontrado cuando pasaba por el colegio Sagrado Corazón de Sevilla. Durante todo este tiempo han endulzado la vida de los alumnos del centro con las chucherías que ofrecía y escuchado todo tipo de historias de profesores y padres.
Despedida
Con tanto contacto con la escuela no es de extrañar que, ahora, tras su jubilación, desde el centro se les haya rendido un sentido homenaje, en el que han participado padres, madres, maestras, profesores, alumnas y alumnos que le tenían en gran estima.
El momento no ha podido ser más especial. Sólo hace falta echar un vistazo a las imágenes que todos ellos han compartido en sus redes sociales para ver cuánto le van a echar de menos.
Emoción a flor de piel
A la llegada del matrimonio al colegio, los alumnos lo han recibido entre aplausos. Corearon su nombre nada más verlo llegar. Él ni se lo esperaba, por eso no pudo contener la emoción. Ya, dentro del colegio, se le hizo entrega de una placa en la que se lee: "en agradecimiento a todos estos años endulzando la vida a tantas generaciones de alumnos/as".
Fernando recordaba entonces que lleva "la friolera de 47 años en la esquinita esa", frente al colegio y no pensaba que podía vivir un momento como este. Se quedó absolutamente sin palabras. Fue finalmente su mujer, que también estuvo con él algunos de estos años, quien tuvo terminar su agradecimiento.
Vacío final
El momento les va a quedar a todos en el recuerdo. El cariño de alumnos, profesores y padres siempre va a estar en la memoria esos quiosqueros. Y a la inversa pasará lo mismo.
A partir de ahora, viandantes y miembros de la escuela tendrán que lidiar con ese vacío. Frente a la puerta, ya no les esperarán Fernanda ni María Jesús. Ni nadie. Al no haber un heredero que se haga con el quiosco, lo darán de baja. Una pérdida irremplazable más.