Desde el pasado 22 de junio, ayuntamientos, como el de Barcelona y otros municipios de Cataluña, inician los sorteos para elegir a los miembros, entre titulares y suplentes, que conformarán las mesas electorales de los comicios del 23 de julio.
Recordar que aquellos elegidos pueden alegar, en un plazo de siete días desde que se les comunique oficialmente su obligación, la imposibilidad de presentarse. La pregunta que se hacen muchos ahora es, ¿me ha tocado?
Fechas del sorteo
Los plenos de los consistorios tienen hasta el 28 de junio para realizar estos sorteos en los que se elige a un presidente y dos vocales para cada mesa, además de a otras dos personas suplentes por cada uno de ellos. Pero algunos ya los han llevado a cabo y empiezan a comunicar a sus ciudadanos los resultados.
Para las elecciones del 23 de julio, el Ministerio del Interior tiene previsto conformar cerca de 60.340 mesas electorales en toda España e instalar unas 210.000 urnas y 59.000 cabinas.
Cómo es la selección
En la mayoría de los municipios se utilizan aplicaciones informáticas que garantizan la seguridad del sorteo, aunque en ayuntamientos pequeños puede seguir vigente la insaculación, el tradicional sorteo con bolas en bolsas.
Los sorteos se realizan entre los días vigésimoquinto y vigésimonoveno posteriores a la convocatoria. Así lo marca la ley electoral. Pero debido a que la fecha de estas elecciones es más que especial al caer en pleno verano, la Junta Electoral Central (JEC) adelantar los sorteos y realizarlos a partir del 22 de junio.
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Muchos de estos sorteos ya se han llevado a cabo, entre ellos los de Barcelona ciudad y otros municipios catalanes. Tal y como marca la ley, los ciudadanos a los que le toca estar en una lista electoral deben ser notificados en los siguientes tres días hábiles.
Antes de que llegue la famosa carta que puede destrozar los deseos de muchos de votar por correo o incluso de poder irse de vacaciones ese día, algunos ayuntamientos permiten consultar cómo ha quedado el sorteo. En el caso, ya se puede ver el de Rubí y Terrassa. En breve se añadirán más.
Quién queda fuera
Más allá de los inconvenientes o molestias que puede provocar ser miembro de una mesa electoral, cabe recordar que cualquier miembro de la sociedad española puede serlo. Solo se tienen que cumplir ciertos requisitos. En concreto, dos: saber leer y escribir y ser menor de 70 años. Hay otro factor necesario si uno le toca ser de mesa, tener el graduado escolar, el título de bachiller o el de Formación Profesional de segundo Grado, o equivalente.
Quienes ya se libran de estar de entrada son quienes alcancen la mayoría de edad en el plazo comprendido entre la formación de las listas de electores y los candidatos en las elecciones. Por último, aquellos mayores de 65 años que presenten la renuncia en un plazo de siete días, no hará falta que vayan si no quieren.
Cómo salvarse
Tal y como indica la Ley Orgánica del régimen electoral general (LOREG), es obligatorio formar parte de una mesa electoral bajo pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a veinticuatro meses. Aun así, existen estas excepciones.
Para los que no puedan librarse de ninguna de las maneras, recordar que formar parte de una mesa electoral está remunerado. Sus miembros cobrarán cerca de 70 euros, que es el importe que se abonó en las pasadas elecciones municipales y autonómicas, 5 euros más que en las generales de 2019.
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