Que el pescado es uno de los alimentos más saludables nadie lo duda, eso no quita que su ingesta, como todo, tenga ciertos riesgos. Y no, nos referimos sólo a las espinas, sino a otro problema que va en aumento, el anisakis.
Para quien no lo conozca hablamos de “un parásito que puede aparecer en ciertos productos de la pesca, cuyas larvas pasan activas en el aparato digestivo humano cuando se ingiere pescado crudo o sometido a preparaciones que no lo matan", según Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria.
Problemática
El problema principal con el anisakis no es sólo que pueda pasar desapercibido en su ingesta sino que genera alergias y problemas digestivos, algunos de ellos graves. Unos casos que no son tan poco frecuentes.
La citada agencia señala que “ la mayor presencia del parásito en el pescado capturado” y “la existencia de nuevos hábitos gastronómicos consistentes en el consumo de pescado crudo o sometido a preparaciones que no matan el parásito”, como la comida japonesa, ha hecho que cada vez las afecciones vayan a más.
Especies de pescado
Para tratar de prevenir estos casos y que la población pueda estar más atenta a la presencia de este parásito. La merluza es dónde más se puede encontrar, hasta el 95% de ejemplares puede estar presente el anisakis. En un 87% de las caballas también se halla su presencia y ya, más lejos están los jaureles (67%) y las bacaladillas (62%).
Como bien indica la organización, eso no implica que hay menos riesgo en otros pescados. “Todas las especies, otros vertebrados marinos y cefalópodos pueden estar parasitados”, incluidos “los peces migratorios de agua dulce o salada y las anguilas”. Y alerta: “ninguna de las zonas marítimas de pesca puede considerarse libre de larvas de anisakis marino”.
Libres de anisakis
Aun así, hay algunas especies con las que se puede estar más tranquilo. Una de ellas es la del salmón del Atlántico, en concreto, aquellos que “se crían en jaulas flotantes o en tanques en el suelo y se nutren con alimento que no contiene parásitos vivos”. Es estos casos “el riesgo de contagio es insignificante”.
Tampoco es necesario sufrir en pescados salados y secados de la manera tradicional, como el caso del bacalao. Los moluscos también son terreno seguro.
Prevención
Para erradicar la presencia del anisakis, los expertos recomiendan hacer dos cosas. Por un lado, revisar la cavidad abdominal de los pescados antes de cocinarlos para detectar si hay estas pequeñas huevas. Otra opción válida es el juego con las temperaturas y el cocinado.
Una opción es cocinar el pescado a más de 60 grados, así se asegura la muerte del parásito y se evita el contagio. En caso de querer comer pescado crudo, lo más recomendable es congelarlo durante cinco días o más en un congelador de tres estrellas, mínimo. Si no se dispone de estos dispositivos recomiendan comprar el pescado ya congelado.