¿Quién dijo miedo? Escuelas de Cataluña para practicar salto en parapente

Cuerdas y tela son los dos materiales de los que está construido un parapente; un aparato que es muy similar a un paracaídas en su forma. En otras palabras, el parapente es una aeronave muy sencilla (apenas tiene un asiento sobre el que se coloca el piloto que realizará el vuelo) y que sirve perfectamente para volar planeando. Una actividad perfecta para disfrutar de la naturaleza.

Eso sí, antes de surcar los aires y de probar cómo es esto de estar por las nubes y ver preciosas panorámicas como todo, la experiencia es un grado; y más en este tipo de deportes en el que el miedo a las alturas puede que en ocasiones paralice. Por ello, nada como hacer algún que otro curso o bautismo de vuelo. Además de que, de esta manera, se adquirirá la destreza y confianza suficiente para hacer este tipo de vuelos con total seguridad. 

Los mejores consejos

Estas recomendaciones serán similares a las que repiten los instructores de las escuelas de vuelo, pero no está de más tenerlas siempre presentes para disfrutar de un vuelo único y seguro. Así, para empezar a volar en parapente una buena idea es hacerlo primero en un vuelo tándem acompañado de un profesional para dejarse llevar y olvidarse por un momento de los miedos allá arriba. 

Después de tomar varios cursos y si la idea es seguir practicando este deporte, una buena idea es hacerse con el equipo adecuado. Así pues, como mínimo se necesitará el parapente, un arnés, una reserva y un casco homologado y de calidad. Teniendo ya todo esto, el último paso es unirse a un club deportivo donde uno no solo podrá volar sin complicaciones, sino que le servirá para hacer amigos y practicar todos juntos en el aire.