En la despensa no solo hay ingredientes para dar un sabor único y especial a los platos. Algunos de ellos, por ejemplo en el caso de condimentos, especias o plantas medicinales aportan además numerosos beneficios de la salud. Es el caso de la cúrcuma, un ingrediente que se usa desde hace siglos y que tiene fama de combatir el envejecimiento gracias a sus potentes propiedades antioxidantes.
Pero, esta planta herbácea que pertenece a la familia de las zingiberáceas y cuyo origen se encuentra en la zona suroeste de la India guarda algún que otro secreto más en lo que a la salud se refiere. Así pues, no es un mal momento para conocer algunas de estas propiedades y echar mano de la cúrcuma, a la hora de cocinar, para algo más que para dar sabor o ese sorprendente y único color amarillo a los platos.
La especia milenaria
Las propiedades de la cúrcuma no es algo que se haya conocido hace relativamente poco en base a estudios científicos, sino que en el año 610 a. C ya se apreciaban las bondades de esta planta usada en la India y que en un primer momento era empleada como colorante para teñir la lana. Con el tiempo, además de para pintar partes del cuerpo, se empezó a emplear (en forma de fino polvo) para diversas recetas de la cocina hindú. Una de ellas la de su famoso curry.
Fue ahí cuando se empezaron a descubrir esos beneficios para la salud. Beneficios que, entre otros, responden a su poder antiinflamatorio, a su capacidad como depurativo del organismo, además de mejorar la memoria y luchar eficazmente contra los radicales libres.
Sus beneficios
A la hora de hablar de las buenas noticias de la cúrcuma en aspectos de salud la lista es larga y comienza con sus efectos antiinflamatorios. Esta es su cualidad más conocida y por la que en el argot de aquellos que saben de plantas medicinales se refieren a ella como el ibuprofeno natural. Un beneficio que incluso han confirmado distintos estudios médicos, como el realizado hace más de 40 años por la Universidad de Arizona al respecto de esta propiedad de la cúrcuma.
Además, esta especia también actúa en el cuerpo como un depurativo que se encarga de aumentar el flujo de bilis, al tiempo que rejuvenece las células del hígado. Es más, tal y como afirman expertos de la Universidad Médica de Graz en Austria, un consumo frecuente de la cúrcuma puede estar detrás de una ralentización del daño que una patología como la cirrosis provoca en ese órgano vital.
Más buenas noticias
Añadir un poco de cúrcuma a las recetas no solo estará detrás de un sabor y un aroma únicos sino que, además, favorecerá la memoria en el caso de personas con pérdidas leves relacionadas con la edad, así como el estado de ánimo. Eso por no hablar de que este condimento tiene un importante poder antioxidante, sirve para aliviar dolencias estomacales y ayuda en procesos de cicatrización. Por último, la cúrcuma es recomendable como protector intestinal contra la colitis ulcerosa.
Eso sí, como en todo, hay algunas contraindicaciones en lo referente al consumo de cúrcuma en el caso de algunas personas. Así, deben tener especial cuidado o directamente evitarla cuando se trate de pacientes que tengan úlceras o piedras en el sistema digestivo. Tampoco resulta muy aconsejable si se está embarazada, o bien si se tienen dolencias como ictericia, hígado graso, cirrosis, etc. Si bien es cierto que uno de los beneficios de la cúrcuma es tratar los problemas hepáticos, lo mejor en este último caso es dejar aconsejar por un profesional médico.
Cómo incorporarla a los platos
Para dar buena cuenta de estas bondades de lo más saludables, nada como añadir este condimento de manera frecuente en todo tipo de recetas. Y es que la versatilidad también es otra de sus características en lo que a la gastronomía se refiere. Así pues, la cúrcuma se puede añadir a algunos platos una vez estos ya están cocidos y casi listos como pueden ser guisos de carne. Otra buena idea para tomar este condimento es como base del desayuno y espolvoreada sobre unos buenos huevos revueltos.
Este ingrediente puede aportar un toque de lo más especial si, por ejemplo, se preparan sopas o bien algunas legumbres como lentejas o garbanzos con las que su color y sabor casan a la perfección. Y si la receta es a base de vegetales a la plancha u horneados, nada como echar cúrcuma por encima como toque final junto con un poco de sal y un chorrito de aceite de oliva virgen extra.