Un momento de despiste y en un segundo no se tiene al perro a la vista. Tras unos instantes recorriendo la zona y llamando a esa mascota esta sigue sin aparecer y uno se pone en lo peor: el perro se ha perdido. Si se confirma esta fatal sospecha, la tecnología puede ayudar a este dueño desesperado que ha perdido a su can.

Para ello, basta con echar mano de estas apps y plataformas digitales que facilitan la búsqueda y localización de ese fiel amigo que esa noche no ha regresado a casa a dormir. Aplicaciones que en la mayoría de los casos funcionan gracias a los localizadores GPS que estos animales de compañía llevan en su collar.

Evitar el disgusto

No es que estas aplicaciones funcionen por arte de magia a la hora de encontrar a ese perro, sino que en la mayoría de los casos se sirven de la tecnología adherida al collar del mismo. Tecnología que es la que ofrece información y datos, a través de estas aplicaciones, para dar con la ubicación exacta en la que se encuentra el animal gracias a un sistema de posición global.

Pero también algunas de estas plataformas funcionan a la vieja usanza con el popular boca-oreja. Usuarios solidarios que aportan información e incluso puede que en un momento dado se hayan cruzado con esa mascota o la hayan encontrado vagando sin rumbo alguno mientras busca a su dueño.

WizaPet

En el caso de esta primera aplicación esta no se sirve de la tecnología de geolocalización, sino de los usuarios de la misma. Así, estos pueden facilitar datos a los dueños de ese can extraviado e incluso proporcionar un mapa si creen haberlo visto en algún lugar e incluso aportar hasta la foto del perro para comprobar si realmente es el que se busca.

De esta manera y con estos datos introducidos en ese apartado de búsqueda, la aplicación emite una alerta al resto de los usuarios que estén por la zona por si alguno puede dar finalmente con la mascota. Es posible, incluso, que los dueños ofrezcan algún tipo de compensación económica para esa persona que les devuelva a su amigo de cuatro patas. Aplicación disponible para cualquier sistema operativo.

Tractive GPS Pet Finder

Por el contrario, este dispositivo sí se sirve del posicionamiento GPS por lo que resulta totalmente fiable para dar con el paradero de ese perro que está ilocalizable desde hace horas. Eso sí, de nada servirá esta herramienta online si el animal de compañía no lleva ese aparato colocado o bien se lo ha quitado o lo ha perdido en su marcha.

Perro con collar donde se coloca el dispositivo de algunas apps / Hendrik Kespohl en UNSPLASH

En el caso de este localizador requiere una tarjeta SIM que lleva integrada y se recomienda para mascotas que pesen a partir de 5 kilogramos. Además, este dispositivo es resistente al agua, se coloca sin problema alguno y no tiene límite de distancia a diferencia del corto alcance que pueda tener un buscador de GPS con Bluetooth.

Weenect Dogs 2

Dicen de esta otra aplicación, los más puestos en la última tecnología, que es como si fuera el Apple Watch canino (en referencia al conocido dispositivo de la marca). En este caso esta app funciona por medio de un collar inteligente que se encarga de monitorizar la frecuencia cardiaca y respiratoria del perro con lo que el dueño puede respirar aliviado al saber que su mascota se encuentra bien.

En este caso esta tecnología también lleva integrada una tarjeta SIM y ofrece un sistema de posicionamiento muy eficaz que incluso dará con el perro si este está hasta en el agua. Un seguimiento que se hace a tiempo real y con el que, además, se reciben avisos en el caso de que el can se desplace más allá de la zona de seguridad que se haya acordado previamente.

Dookle Localizador

Y para los que quieran encontrar a su mascota en un espacio más cerrado, y no tanto que se haya perdido, este dispositivo online puede ser de gran ayuda. Así, cuando el can se aleje más de esa distancia establecida inicialmente, normalmente alrededor de unos 50 metros, esta aplicación emite un sonido al usuario para indicarle donde se encuentra el animal.

Una solución eficaz si lo que se quiere es dejar libre al perro en un espacio más amplio para que corra y pueda jugar con libertad y se le pierda la pista en un momento dado o no se le vea.