A la hora de lavarse los dientes y cumplir con la limpieza dental diaria en ocasiones se llega a pensar que con el cepillado es más que suficiente. Sin embargo, inconscientemente puede que se repitan algunos errores relacionados, por ejemplo, con el cepillo o la pasta que se use para esa higiene, con cómo sea el cepillado o la técnica, así como con el momento mismo de hacerlo.
Sin embargo, si se saben reconocer a tiempo algunos de estos malos hábitos (por ejemplo, no usar un cepillo en mal estado) esto repercutirá positivamente en una mejora de esa salud bucodental. De lo contrario, ese usuario estará mucho más expuesto a sufrir con el tiempo alguna enfermedad periodontal. Por ello, nada como saber cuáles son los errores más frecuentes con el cepillado como explican desde la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA).
Técnica del cepillado
Lo primero de todo, como parte de estas recomendaciones, hay que desterrar esa idea de que cepillando con vigorosidad la limpieza será mucho más efectiva. Todo lo contrario. Este error puede hacer que se dañe de manera irreversible el diente con un desgaste del mismo, así como que se produzca una pérdida de la encía. Para evitarlo, nada como usar el cepillo sin hacer demasiada presión.
También es un mal hábito optar por un cepillado demasiado rápido. Aquí importa más la calidad que la cantidad, por eso hay que tomarse su tiempo (con un par de minutos es más que suficiente) para poder limpiarse los dientes como es debido tras cada comida que se haga. Un tiempo que nada tiene que ver, como recuerdan estos expertos en salud dental, con los apenas 34 segundos que de media tardan los españoles en hacer una higiene de toda la boca y eliminar los restos de placa.
¿Cómo debe ser el cepillo de dientes?
Los cepillos de dientes se deben cambiar cada 3 meses. No se trata de un capricho por ir estrenando uno cada cierto tiempo, sino de una necesidad desde el punto de vista de la salud. Y es que usar un cepillo demasiado desgastado hace que las cerdas se abran, pierdan eficacia e incluso lleguen a dañar tanto los dientes como las encías. Por ello para no caer en este error hay que seguir este consejo; sí, también renovando los cabezales en caso de usar un cepillo que sea eléctrico. Un cambio que debe hacerse por un cepillo con cerdas de dureza media y suaves.
Los que tienen estos últimos filamentos más duros hacen que se ejerza demasiada presión y sea fatal con el paso del tiempo. Además, otro de los malos hábitos es escoger cualquier cepillo si se tienen necesidades especiales como es el caso de raíces expuestas o hipersensibilidad dental o gingival. Una vez en casa y tras su uso, nada de no limpiarlo en profundidad, dejarlo con toda la humedad o ponerle su protección de plástico. Esto solo hará que proliferen las bacterias en su interior.
Errores con la pasta
Pero estos errores no solo se refieren a la forma de cepillarse las piezas dentales o de escoger el cepillo con qué hacerlo. Con la pasta también se siguen costumbres que es mejor desterrar. Es el caso de añadir demasiada cantidad de este producto limpiador; más que nada que buena parte del mismo se desaprovechará y se perderá antes de llegar a la boca.
Lo mejor en este caso es echar mano de la edad de la persona que se va a cepillar para, en este caso, decidir la cantidad correcta: equivalente a un grano de arroz cuando se trate de niños pequeños y a un garbanzo para los adultos. Con esta sencilla asociación se evitará añadir más pasta de la necesaria, así como acabar con esa creencia falsa de que por más cantidad de producto, más reluciente quedará la dentadura.
Otros malos hábitos
Y para que la salud bucodental sea perfecta, nada como estas últimas recomendaciones que ofrecen los expertos: cuando se consuman alimentos o bebidas ácidas es aconsejable esperar media hora y luego ya pasar al cepillado; además, en la higiene diaria de los dientes no se debe dejar en olvido a la lengua donde también quedan restos de comida. Es más, de no hacerlo es muy probable que aparezca el molesto mal aliento o halitosis.
Y un último consejo: no basta solo con el cepillado tres veces al día. Con el uso de un cepillo convencional no se llega a todas las partes de la boca por lo que una buena idea es terminar esta higiene con el empleo del hilo dental o de cepillos interdentales para los huecos más pequeños.