Si hay un elemento esencial del organismo ese es el colágeno. Una proteína de la que está hecha no solo la piel, sino también los huesos, los tendones y las articulaciones del cuerpo humano por lo que resulta esencial mantener las reservas de la misma para ganar en calidad de vida y salud. Y para ello, nada como hacer un repaso a la despensa y comprobar si en esta no faltan los alimentos más ricos en colágeno para aprovechar sus múltiples beneficios.
Entre las funciones positivas del colágeno se encuentra el ayudar no solo a mejorar la elasticidad de la piel, sino conseguir que el organismo sea más resistente, además de favorecer el funcionamiento de las articulaciones o aminorar el dolor muscular. Aspectos positivos que se lograrán si en la dieta semanal no faltan algunos de estos alimentos saludables y ricos en esta proteína que es la más abundante del cuerpo.
Pescado azul
Si tomar pescado siempre es una buena idea para la salud, en el caso del pescado azul en la dieta no deben faltar un par de porciones a la semana de variedades como las sardinas, la caballa o el salmón entre otras. Una buena fuente de colágeno que ayudará no solo a mejorar la salud cardiovascular, sino a favorecer la salud tanto de la piel y como de los huesos gracias también a su alto contenido en ácidos grasos omega 3 que actúan como antioxidantes y potentes antiinflamatorios.
Además de esos beneficios, este producto del mar también resulta beneficioso por su importante contenido en vitaminas D y E y minerales como el magnesio, el potasio o el hierro, y por supuesto, el colágeno.
Huevos
Los huevos también forman parte de esa lista de la compra de alimentos que ayudan a la producción natural de colágeno (en su caso por su composición rica en aminoácidos) para, entre otras propiedades, favorecer una masa muscular y ósea fuerte y resistente. Para conseguirlo se recomienda una dieta completa y equilibrada donde no falte este ingrediente un par de veces cada siete días.
Una frecuencia que no solo ayudará al mantenimiento de ese tejido muscular, sino que gracias a los huevos se puede prevenir la degeneración macular en el caso las personas mayores, además de reducir el riesgo de sufrir enfermedadesenfermedades relacionadas con el corazón y afecciones cerebrovasculares.
Frutas
Existen frutas que también sirven como fuente de esta proteína. Es el caso del limón y las fresas. En el caso del primero, por ejemplo, su contribución a aumentar las reservas de colágeno del organismo se nota luego en una piel más rejuvenecida, firme y tersa. Eso por no hablar de su contenido en vitamina C que funciona como un antioxidante natural.
También en la frutería se encuentra otra variedad que guarda una buena relación con el colágeno como es la fresa. En su caso no sirve tanto como productor del mismo, sino como protector del que ya hay en el cuerpo (como ocurre por ejemplo en el caso del té). Además, las fresas tienen la capacidad de aumentar las defensas, son antiinflamatorias, resultan ideales en dietas para perder peso, regulan el tránsito intestinal y ejercen un poder diurético.
Hortalizas y frutos secos
Si uno busca colágeno en sus recetas, una buena idea es preparar platos donde haya hortalizas como la cebolla, rica en azufre lo que mejora la circulación sanguínea y aumenta la producción natural de colágeno por parte del organismo; así como pimientos. En el caso de estos últimos sus bondades se notan gracias a su contenido en licopeno que, además de ser antioxidante, contribuye a la secreción de esta proteína beneficiosa. Por si fuera poco, los pimientos resultan de lo más saludables en épocas de resfriados y catarros por ser ricos en vitamina C.
Y ya que se trata de seguir una alimentación equilibrada y que favorezca la producción de colágeno cada día otros ingredientes clave (por ejemplo, en el desayuno o a media tarde como parte de la merienda) son un puñado de frutos secos. Nueces, avellanas, pistachos o castañas (tan típicas de estos meses de frío) que ayudan a cuidar la piel y estimulan la producción de colágeno gracias a su aporte en ácidos grasos omega 3, omega 6 y omega 9. Además, su ingesta regular está detrás de la reducción del riesgo de padecer diabetes o enfermedades cardiovasculares y respiratorias.