Entre las personas que tienen mascotas como un perro o un gato, no es raro observar el común hábito de dormi en su cama con su animal de compañía. Lo que para unas personas puede ser una incomodidad o un gesto de falta de higiene, para otras es un momento de lo más placentero que quieren compartir con sus fieles amigos de cuatro patas.
Según un estudio llevado a cabo por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, en el país norteamericano más de la mitad de las personas que viven en su hogar con una mascota dejan a esta dormir en la misma habitación con ellos, un porcentaje similar, incluso en la misma cama que ellos.
¿Se puede dormir bien?
En esta disyuntiva hasta la ciencia tiene una explicación con respecto a si es bueno (o saludable) compartir lecho con estos animales. Es ahí cuando entra la opinión de expertos como por ejemplo los de la Universidad Johns Hopkins que se ponen de lado de aquellas personas que no solo no les dejan subirse a su cama, ni siquiera permiten que el animal pase la noche en esa misma habitación.
¿Las razones? Según varias investigaciones llevadas a cabo por estos profesionales son que esos dueños tendrán un peor descanso (tanto si el perro o el gato esta a su lado como si duerme plácidamente bajo la cama) y se levantarán muchas más veces por la noche. Una calidad del sueño que se altera sobre todo por la postura que adopta el animal, especialmente si este es grande o molesta a su dueño. En este mismo sentido también influyen los ronquidos de los animales, así como algún que otro ladrido o maullido esporádico en mitad de la noche.
¿Es poco higiénico?
La recomendación de estos expertos acerca de no dejar que los animales domésticos compartan la misma habitación en las horas nocturnas se refiere también desde otros puntos de vista de vista de la salud. Y es que, más allá de la mejor o peor calidad del sueño, el hecho de dormir con la mascota puede empeorar las afecciones que pueda sufrir una persona que de por sí padece algún tipo de alergia o enfermedad respiratoria como por ejemplo asma.
Eso por no hablar de la cantidad de enfermedades, sin mayor importancia en la mayoría de los casos, que pueden transmitir un perro o un gato. De ahí la importancia de que estos estén sanos, con independencia del lugar en el que prefieran dormir. Y esto implica llevarlos con regularidad al veterinario, además de ponerles las vacunas pertinentes, desparasitarlos y mantenerlos limpios en la medida de lo posible. Esto último es esencial si no se quiere ver la almohada y las sábanas repletas de pelo de animal.
Opiniones diversas
Si los anteriores especialistas médicos aconsejaban no dormir con animales, esta opinión no la comparten por ejemplo los veterinarios de la Comunidad Veterinaria de América del Norte que afirman, que salvo contraindicaciones y siempre y cuando la salud y el descanso del dueño no se vean perjudicados, a nivel psicológico dormir con animales puede resultar muy beneficioso para algunas personas.
Un argumento que, a su juicio, se basa en que de esta manera se puede establecer un mayor nivel de confianza entre animales y los humanos con los que viven, además de mejorar el vínculo emocional y afectivo que ambos mantienen. Además, ese contacto con su dueño hace que perros y gatos sean capaces de aumentar (en el caso de las personas) la cantidad de neurotransmisores beneficiosos como la oxitocina y la dopamina; las hormonas del bienestar. Esto último, reconocen, puede ser muy positivo en las situaciones en las que los dueños que tengan depresión o ansiedad.
Su propio espacio
Desterrada la idea de dormir en la misma cama, para algunas personas, es el momento de buscar el mejor lugar para que el perro o el gato pasen la noche sin molestar al resto de miembros de la familia. Así pues, mientras un felino hará suyo cualquier espacio que esté caliente y mullido (por ejemplo, entre los cojines del sofá), en el caso de los perros una buena idea para colocar su "cama" es buscar aquel sitio donde no haya corrientes de aire con las que puedan destemplarse, además de que sea un sitio tranquilo.
En el caso de que se viva en un lugar cálido o templado, nada de poner a dormir al can junto al radiador; la mayor parte de las veces uno se levantará y el perro estará acostado sobre el suelo de la cocina o del baño que es mucho más fresco.