El legado de Pablo Picasso en la localidad de Horta de Sant Joan
Este municipio pertenece a la comarca de Terra Alta, en Tarragona, y se encuentra encaramado sobre una colina
1 diciembre, 2021 14:07Uno de los grandes genios de la pintura contemporánea como era el malagueño Pablo Picasso alguna que otra vez hizo mención a un pequeño pueblo de Tarragona, Horta de Sant Joan, donde el artista pasaba los veranos con la frase "Todo lo que sé lo he aprendido en Horta de Sant Joan". Estas palabras guardaban un recuerdo de lo más especial en el caso de su autor, ya que esta localidad catalana le sirvió como inspiración a la hora de dar vida a buena parte de su legado y su obra.
Situado en la comarca de Terra Alta, es fácil adivinar que se trata de este pueblo cuando uno se aproxima por la carretera y lo divisa al fondo subido a una colina desde donde su casco viejo y sus calles empinadas dominan todo el paisaje a su alrededor. Una postal plagada de campos donde crecen las viñas, los almendros y los olivos.
La estela de Picasso
Era el año 1898 cuando el pintor andaluz, que no se encontraba en las mejores condiciones en cuanto a su salud y apenas tenía 16 años, llegó por primera vez a Horta de Sant Joan junto con su amigo Manuel Pallarès, que era su vez compañero de la escuela de arte en Barcelona. Tanto le gusto su estancia en este enclave junto al macizo de Els Ports, que diez años más tarde repitió la visita justo cuando entre las tendencias pictóricas del momento empezaba a surgir con fuerza el movimiento del cubismo, pero esta vez con la compañía de la artista Fernande Olivier.
Esta segunda visita no fue tan solo para el descanso y el placer, sino que a Pablo Picasso le sirvió esta estancia para crear algunas de sus obras como fue el caso de La bassa d’Horta o La fàbrica d’Horta d’Ebre; inspiradas por lo que veía en el paisaje natural que rodea a este pueblo tarraconense. Obras que en la actualidad no se encuentran en el municipio, sino expuestas en el Museo de Arte Moderno de la ciudad rusa de Moscú. Trabajos que se suman al sinfín de dibujos (de la vida rural, fiestas populares o escenas cotidianas) que también creó en ese tiempo.
Su propio museo
Tal fue la relación afectiva que se estableció entre este pueblo y sus gentes con el genial artista que en Horta de Sant Joan se levantó el Centro Picasso a modo de homenaje y recuerdo permanente de los veranos que el pintor pasó en la localidad. Ubicado en un edificio renacentista del siglo XVI, que anteriormente había sido usado como hospital, este centro expositivo ofrece hoy en día la oportunidad de conocer de cerca su legado artístico a través de las tres plantas en las que está distribuido.
Así, en este espacio expositivo se da buena cuenta de las largas estancias de Pablo Picasso durante el tiempo que permaneció en este pueblo. Todo ello reflejado en unas salas donde se guardan con mimo todo tipo de objetos, fotografías y documentos (reproducciones, no son los originales) que recuerdan anécdotas curiosas de las vivencias de Picasso en Horta de Sant Joan. Una de las cuales asegura, no se sabe si es cierto, que el curioso trazado de las callejuelas de Horta de Sant Joan es en parte responsable de la inclinación de Picasso hacia el cubismo.
Más allá del artista
Pero acercarse hasta esta población en una escapada por la comarca de Terra Alta ofrece más atractivos turísticos aparte de los que ya levanta el visitante más ilustre que ha tenido el pueblo. Un pueblo que hoy en día conserva su esencia y pasado medieval que queda patente admirando la plaza porticada de la Iglesia en el centro mismo de la localidad. Precisamente, este edificio religioso destaca por su estilo renacentista en el exterior y las seis campanas que coronan su parte superior, así como la huella gótica y las hermosas vidrieras de su interior.
Merece la pena también detenerse ante su Ayuntamiento, que en su tiempo fue una prisión; recorrer la calle que lleva el nombre del pintor Pablo Picasso; seguir la ruta por estas callejuelas contemplando algunas de las casas nobles de la villa como es la del Delme, del siglo XVI, y subir a la parte más alta del municipio. Desde allí uno puede contemplar las moles de piedra que le sirven de escudo protector. Son las rocas de Sant Benet que dan la bienvenida al Parque Natural de Els Ports.