Para hacerse una foto en plenos viñedos de la Toscana ya no hay que coger un avión e irse hasta Italia. En España hay un rincón que nada tiene que envidiar en belleza y paisaje a la conocida región italiana. Es más, es conocida como la toscana española. Es el caso de la comarca de Matarraña ubicada en el Bajo Aragón, en la provincia de Teruel y que asombra al viajero en cada uno de las 18 localidades que forman parte de esta visitada región.

Un destino que, con el paso de los años, va ganando popularidad no solo entre los viajeros nacionales que buscan insólitos paisajes naturales, además de un variado patrimonio arquitectónico e histórico, un clima benevolente y una conocida gastronomía donde los vinos que proceden de sus cercanos viñedos son los protagonistas absolutos en algunos de estos pueblos. Este es el recorrido por algunos de los pueblos más bonitos de Matarraña. 

La capital de Matarraña

Valderrobres es el nombre de la capital comarcal de esta zona. Un pueblo que guarda buena parte de ese patrimonio arquitectónico antes mencionado como es el caso de su Fonda de la Plaza y su Ayuntamiento del siglo XVI como parte de la esencia misma del centro histórico del municipio. 

Un interés turístico, el que suscita este pueblo que se asoma sobre un valle, que también conforman otros rincones con siglos a sus espaldas como es el caso del Castillo de Valderrobres y la Iglesia Santa María La Mayor, ambos propiedad en su día del Arzobispo de Zaragoza.

Calaceite

Situada a pocos kilómetros de la frontera con Cataluña y completamente rodeada de cultivos, esta otra localidad destaca en la toscana nacional por la belleza monumental de sus calles y edificios históricos; la mayoría de los cuales se encuentran en un casco antiguo que es bien extenso y que se puede conocer dando un agradable paseo. 

Imagen de uno de los pueblos de la comarca de Matarraña / AYUNTAMIENTO DE CALACEITE

Una caminata sin rumbo para no perderse entre la esencia de este pueblo y descubrir algunas de sus maravillas turísticas como es el caso de su admirada Plaza de España, las capillas de San Antonio y de la Virgen del Pilar (ambas datan del siglo XVIII) o la Iglesia de la Asunción. Merece la pena también destacar la existencia en el Ayuntamiento de una lonja y una cárcel que forman parte de la Ruta de las Cárceles del Mezquín-Matarraña

Un pueblo de cuento

Esta es la imagen que se tiene de esta otra localidad, La Fresneda, que se levanta sobre la ladera de un terreno rocoso y donde los edificios más emblemáticos de la misma se coronan en lo más alto divisando todo el conjunto urbano desde esta improvisada atalaya. También como en los dos ejemplos anteriores, la Plaza Mayor de la localidad se lleva buena parte de las miradas y piropos de los turistas y donde se levanta la Casa Consistorial de estilo gótico-renacentista

Y entre tanto turismo, no es raro que a más de uno le entre el hambre. Y para dar rienda suelta al paladar, nada como reservar mesa en el conocido Hotel-Restaurante El Convent 1613 donde es un pecado no probar las especialidades gastronómicas de la zona. Otra forma de conocer la esencia de esta comarca turolense en forma de algunos de sus tradicionales platos: croquetas de ternasco, terrina de cordero, pisto de hortalizas, jamón de Teruel y flan de romero para dar el toque final. 

Cretas y su pasado medieval

Los apenas algo más de 500 habitantes de este pequeño pueblo han visto cómo en los últimos años sus calles se han llenado de turistas ávidos por conocer las bondades turísticas de la localidad. Algunos incluso tan famosos como el ex ministro de Sanidad, Salvador Illa que acudió en el verano de 2020 hasta Cretas para conocer no solo su casco antiguo, sino llevarse a casa algunas de sus especialidades culinarias en forma de vino, aceite y repostería casera

Recetas, en el caso de esta última elaboración, que conservan buena parte de la esencia medieval de la que hace galan este pueblo donde uno no puede perderse la Iglesia de la Asunción, la capilla de San Antonio de Padua o el Portal de San Roque. Todos ellos enclavados en un término municipal donde también se han hallado restos desde la época epipaleolítica hasta la romana, así como piezas de cerámica y estelas que recuerdan que en un tiempo lejano estas tierras fueron dominio de la ocupación ibérica.