En términos médicos y de salud, la próstata es una glándula que se localiza justo debajo de la vejiga y delante del recto y que tiene como función dentro del conjunto del organismo de segregar líquido seminal y producir los espasmos posteriores a la eyaculación. Se trata, por tanto, de una parte del cuerpo en la que apenas se piensa (en el caso de los hombres) hasta que no se dan las primeras señales de alarma de un posible cáncer. Y no, estas no solo aparecen en una edad ya mayor, sino que pueden darse desde que un joven tiene apenas 20 años.
Cuando algo no va bien en el caso de la próstata los primeros síntomas se reflejan en un dolor a la hora de ir al baño y orinar (conocido como disuria), dificultad para mear o micción frecuente durante la noche, un color de la orina que se vuelve más turbio (incluso en algunos casos con algo de sangre), eyaculación dolorosa o molestias en la zona del abdomen, el pene o la parte del escroto. Todas estas son señales reales que deben consultarse con un médico y que nada tienen que ver con los mitos, infundados, que circulan alrededor de la próstata.
Palabra de profesional
A la hora de referirse a la próstata, sobre todo a su estado de salud, una buena idea es no hacerse caso de ciertas creencias populares que no tienen ningún tipo de fundamento médico ni científico como recuerdan profesionales como los que integran la Fundación para la Investigación en Urología. Es el caso, por ejemplo del mito que apunta que una mala salud en el caso de la próstata solo se puede dar cuando se es mayor y se ha pasado una barrera de edad. Nada más lejos, hay varones en la treintena que pueden sufrir estas patologías de su aparato reproductor.
Otra de las creencias infundadas, y que no tiene nada de cierto, es aquella que defiende que practicar un deporte como el ciclismo de manera frecuente hace que a la larga aumente el tamaño de esta glándula masculina. Otra leyenda urbana que hay que desterrar de la mente. Y es que no por el hecho de ir más tiempo montado encima de una bicicleta ese hombre va a tener una enfermedad como la prostatitis.
Sexo y cáncer de próstata
El cáncer de próstata es el más común entre los hombres y salvo un porcentaje pequeño, las posibilidades de curación entre estos pacientes son altas. Como recuerdan desde la Asociación Española contra el Cáncer, de entre el 40% de los hombres que ya han cumplido 60 años y muestran ciertos focos o síntomas de tumor en la próstata solo en un 5% de los cuales puede llegar a fallecer por esta enfermedad.
En el caso de este tipo de patología, que preocupa más a los hombres, los profesionales insisten en otro mito muy extendido: ese que dice que una actividad sexual intensa puede ayudar a prevenir el cáncer de próstata. Esto no es cierto. Al contrario, lo que sí es verdad es que algunos factores como la vida sedentaria, una dieta abundante en grasas saturadas y la obesidad no son buenos compañeros en este tipo de casos. A esto se suma, en ocasiones, una buena carga genética procedente de familiares directos que hayan padecido este tipo de cáncer.
Ante todo, prevención
De nada sirve hacer caso a estos mitos infundados. Lo verdaderamente importante en el caso de los hombres es preocuparse por cuidar la salud de la próstata; algo muy sencillo que puede realizarse si se toman al pie de la letra algunas de estas recomendaciones. Lo primero de todo es conocer de manera previa los síntomas que pueden estar detrás de un mal diagnóstico de salud para saber reconocerlos a tiempo y acudir a un especialista.
Además, otros consejos son cuidar la alimentación, reducir la obesidad en el caso de que el peso sea excesivo, practicar algo de ejercicio y dejar para siempre el tabaco. De la misma manera es recomendable reducir la ingesta de alcohol. ¿Y hacerse chequeos rutinarios? Según los especialistas la visita al médico solo se debe dar una vez se han visto los síntomas ya mencionados. Hacer antes no es que sea necesario, además de que se ha demostrado que no es útil para mejorar la supervivencia de pacientes que luego desarrollen un cáncer, por ejemplo.