Del fruto del cocotero, de donde salen los cocos, se extrae un aceite que tiene multitud de propiedades tanto para la salud, es considerado un superalimento, como para la belleza; en este último caso sobre todo para el cuidado del pelo y de la piel. Y todo gracias a que se trata de una sustancia oleosa con una composición de origen natural y donde prácticamente el 100% son ácidos grasos saturados que, sin embargos no son nocivos.
Es lo que sale de la fruta obtenida directamente de esta especie tropical, el cocotero que es la palmera más cultivada a nivel mundial. En sus alturas crece este exótico fruto con una dura cáscara exterior gruesa que deja paso a una pulpa que se come y que destaca por un sabor y un olor de lo más aromático. De ahí es de donde sale el aceite del que hoy se conocerán sus numerosas propiedades.
Beneficios para la salud
En lo que se refiere estrictamente al aceite de coco para uso alimentario, sus propiedades ayudan a favorecer el proceso de cetosis, o dicho de otro modo la quema de grasas, además de contribuir de manera beneficiosa al metabolismo y hacer que aumente la saciedad con lo que resulta positivo a la hora de controlar la ansiedad por comer.
En otras palabras, un superalimento que se encarga además de eliminar diferentes bacterias e infecciones --por ejemplo, ayuda si hay gastritis o úlceras estomacales-- que pueda haber en el organismo, así como prevenir ciertas afecciones neurodegenerativas y favorecer el correcto funcionamiento del cerebro. Por ello, una buena idea es añadirlo como condimento para saltear verduras, para hacer sofritos, como parte de una fritura, como aliño para ensaladas o bien directamente en una tostada en el desayuno.
El cuidado de la piel
Además de como ingrediente para multitud de recetas y elaboraciones en la cocina, uno puede beneficiarse de los beneficios del aceite de coco gracias a su uso tópico. Es así como se emplea como cosmético natural que ayuda a la hidratación de la piel, además de actuar como un potente antioxidante --por su contenido en vitamina E-- para prevenir el envejecimiento cutáneo.
Un empleo que se puede hacer tanto en el caso de tratamientos faciales --para el rostro en cremas que aportan un extra de luminosidad, así como para controlar el exceso de sebo o las impurezas-- como corporales. En este último caso, este producto natural favorece la limpieza de impurezas que haya en el cuerpo, además de aportar esa dosis de hidratación y suavidad por su alto contenido en agua.
Un pelo sano y perfecto
Un ingrediente natural de lo más versátil. Tanto es así que también se emplea para la belleza y el cuidado capilar gracias sobre todo a la presencia de ácido láurico en su composición. Así pues, una mascarilla con aceite de coco ofrece al cabello un efecto reparador y revitalizante ya que se encarga de protegerlo de las agresiones externas y de nutrirlo de la raíz a las puntas. Es muy recomendable en el caso de aquellas personas que tienen el pelo seco para las que se recomienda aplicarse este aceite antes de dormir para que actúe durante toda la noche.
Después de la ducha también es un buen momento para usar aceite de coco. Así, uno se puede dar un masaje --con un par de gotas sería suficiente-- por todo el cuero cabelludo para reducir el encrespamiento del pelo, además de favorecer con la ayuda de los dedos el crecimiento del pelo o aliviar, en la medida de lo posible y siempre que se vean resultados positivos, la producción de caspa.
¿Cómo se obtiene el aceite de coco?
Para su extracción lo que se hace es que la copra o pulpa seca del interior de coco se somete a varios procesos entre los que se incluyen el refinado, la desodorización y el blanqueamiento. Es así como se obtiene un aceite de coco en cuya composición hay una alta cantidad de ácidos grasos libres. Eso sí, la forma más saludable de obtenerlo es a partir de la pulpa fresca y madura para lograr de manera natural ese aceite por medio solo del calor y evitando los anteriores procedimientos químicos.
En cuanto a los tipos de aceite de coco que se pueden encontrar en el mercado, el más sano es el aceite de coco virgen que presenta casi un 100% de ácidos grasos --de los cuales casi un 92% son saturados--. En este caso, se certifica que este tipo de origen vegetal y que, por tanto, conserva todos sus nutrientes y bioactivos. Este es un factor clave para evitar mezclas con porcentajes bajos de aceite puro.