Los periodos de confinamiento obligatorio y las restricciones de movilidad están provocando que las personas permanezcan más tiempo en sus hogares, lo que a su vez repercute en la salud y, por consiguiente, en el aspecto.
Esto es lo que se desprende de un estudio realizado por la Mental Health Foundation, que apunta que los niveles de estrés se han multiplicado con la aparición del Covid-19 hasta tal punto que ha afectado hasta el 80% de los adultos.
El estrés es el enemigo
Según apunta la revista Esquire, esto mismo ha ocurrido en Estados Unidos, donde el Centro de Prevención y Control de Enfermedades ha constatado que al menos el 31% de los habitantes del país han mostrado síntomas de depresión o de ansiedad.
Dichos síntomas quedan reflejados en el aspecto físico de las personas, ya que quienes están expuestos a unos niveles elevados de estrés o de ansiedad pronto manifiestan problemas cutáneos, en el pelo, en las uñas e incluso en el peso, ya que tienden a engordar o a adelgazar demasiado, alejándose de su aspecto más saludable.
El cortisol desatado
Esto se debe a que las situaciones que se están viviendo provocan un aumento de los niveles de cortisol, una hormona que se libera como respuesta a los momentos de estrés o cuando existe un nivel bajo de los glucocorticoides en la sangre.
A su vez, el aumento de cortisol es el causante de que se neutralice el sistema inmunológico, lo que da paso a que las partes antes referidas sufran más de la cuenta. De hecho, cualquiera que en el pasado haya estado expuesto a altos niveles de estrés, habrá comprobado cómo su cabello pierde fuerza y brillantez, mientras que la piel empalidece y aumenta el nivel de sebo capaz de obstruir sus poros, creando granos y todo tipo de inconvenientes cutáneos.
Un aspecto desmejorado
Así pues, esta es la causa más común para explicar por qué la mayoría de las personas creen que han experimentado un empeoramiento en su aspecto, de manera que se ven menos atractivas a sí mismas y a los demás; sobre todo si se tienen como referencia las habituales videollamadas, en las que se tiende a aparecer con un look mucho menos cuidado que cuando la reunión social se produce en un la calle o en un sitio público.
A eso se le une el uso continuado de la mascarilla, que no ayuda a que el aspecto del rostro mejore, llegando a descuidarlo por el simple hecho de que los demás no lo van a ver.
La mascarilla en la piel
En este sentido, además de los elevados niveles de cortisol, las citadas mascarillas pueden ser causantes de erupciones cutáneas o de reacciones alérgicas. Es decir, diversos episodios de dermatitis que tienden a estropear aún más el aspecto de quienes los sufren.
Más allá de utilizar mascarillas realizadas con materiales hipoalergénicos, lo más recomendable pasa por extremar los cuidados de la piel del rostro, ya que además está menos expuesto a los beneficios de los rayos solares.
Menos sol
Es precisamente la menor exposición al astro rey lo que también provoca que el aspecto sea menos atractivo que antes de la pandemia. El tono de la piel se torna blanquecino (con aspecto enfermizo) y no solo sufre la piel sino que lo hace todo el cuerpo y la mente. Cabe señalar que la luz solar es buena para la salud de la piel y además proporciona vitamina D, que es beneficiosa tanto para los huesos como para los dientes.
Y eso no es todo, además mejora el estado de ánimo, ayudando a reducir las emociones negativas y la sensación constante de estrés. Y claro está, todo ello afecta directamente en el aspecto, provocando que las personas parezcan más grises de lo habitual. A fin de cuentas, el estado de ánimo es clave para ganar atractivo a ojos de los demás y para uno mismo.
Hacia el fin de la pandemia
En definitiva, la irrupción del coronavirus en nuestras vidas ha provocado que mucha gente considere que ahora son menos atractivos tanto ellos mismos como los demás.
Y no resulta descabellado porque la ciencia constata que esto no solo es realidad, sino que se repite en un gran número de personas que esperan con avidez que este periodo tan negativo pase lo antes posible y se recuperen hábitos pasados.