Una de las manías más extendidas y que no es nada recomendable para la salud es comerse las uñas. No resulta extraño ver a muchos niños con este hábito, que en ocasiones llega hasta edades adultas.

Más allá del efecto estético, morderse las uñas puede tener consecuencias nefastas, tanto en las manos, como en la boca e incluso con procesos infecciosos.

Causas de morderse las uñas

Este hábito surge a raíz de episodios de ansiedad o de estrés y supone una vía de escape para quienes se encuentran en un momento de nerviosismo, de intranquilidad o de inseguridad.

Es muy común en niños que están teniendo un proceso de angustia o en aquellos que tienen una baja autoestima o que son sumamente tímidos. También está muy asociado a tener miedo. Cuando la conducta tiende a repetirse y tanto su intensidad como su duración se prolongan en el tiempo, llegando a ser un hábito compulsivo, se puede hablar de onicofagia.

Problemas en las manos

Como hemos apuntado, las consecuencias para la salud pueden ser desastrosas. En el caso de las manos, si se somete a un continuo castigo a las uñas, su crecimiento resultará afectado y se tenderán a romper.

Además, las uñas también se acortarán y hasta se modificará su forma. Y si las posibles roturas se hacen cada vez más habituales, se puede llegar a sentir dolor o episodios de escozor, sobre todo cuando se vaya a agarrar algo.

Problemas en la boca

Más que las propias manos, será la boca la que se lleve las peores consecuencias de la onicofagia. Por un lado, la continua actividad y el hecho de morder algo tan duro como una uña provocará un mayor desgaste de los dientes. El esmalte se erosionará y eso los puede debilitar de tal modo que incluso pueden llegar a fracturarse.

Por otro lado, la mandíbula también se debe enfrentar a una presión a la que no está habituada, con lo que es posible que vayan asociados dolores cuando se mastica normal. Esto sucede si la articulación temporomandibular se ve afectada.

Joven mordiéndose las uñas / Ricards Zalmezs EN PIXABAY

Cuidado con las bacterias

Hay que tener en cuenta que la costumbre de morderse las uñas también supone una fuente de bacterias y hongos que llegan a la boca desde las manos, las cuales, por regla general, son las que están expuestas a mayores elementos externos.

Así que no es raro que cualquier persona con episodios de onicofagia tienda a padecer infecciones por bacterias, virus y hongos. Estos no solo afectarán a la boca, sino que lo harán al organismos entero, cuyas defensas habrán de enfrentarse a un mayor flujo de agentes nocivos.

Halitosis

Finalmente, el hábito de morderse las uñas también trae consigo el mal aliento, dado que esas bacterias que llegan a la boca son las causantes de la halitosis.

Así pues, son muchas las consecuencias de esta manía que suele surgir en la niñez o en la adolescencia y que si no se frena a tiempo, resultará una rémora para la persona adulta.

Posibles remedios

En la actualidad, el uso de las mascarillas sin duda será beneficioso para quienes padecen onicofagia, ya que cuando están en público será casi imposible que se dejen llevar por los nervios y se muerdan las uñas.

No obstante, esto solo es anecdótico y deberán tener en cuenta otro tipo de remedios que en general pasan por aceptar el problema y tratar de hacerle frente de una manera racional. Por ello, en primer lugar conviene reducir el estrés para que el cerebro no pida morder las uñas como método para tranquilizarse. Es decir, mediante un sentimiento más continuado de bienestar se podrá ir evitando este molesto hábito.

Otras opciones

Más allá de los métodos (más efectivos) que tratan de ir a la raíz del problema, existen otros remedios que pueden ayudar en el proceso. Uno de ellos es cortar y cuidar bien las uñas para que no se puedan morder y se mantengan en buen estado. De ese modo cuando la persona se lleve las manos a la boca, se percatará de que le ha costado mantenerlas aseadas y se detendrá más a menudo.

Por otro lado, también existen productos que una vez que se aplican sobre las uñas emanan un mal sabor que resulta desagradable cuando se van a mordisquear.